Javi Clemente, al día siguiente de su debut en un partido oficial como entrenador del Sporting y con el empate logrado ante el Atlético de Madrid, tiene claro que «fue difícil. El equipo tuvo muy buen comportamiento en pelea y trabajo. En cuanto a juego, lo hicimos bien por fases, pero hay bastante recorrido por trabajar para mejorar varias cosas. El problema es que tenemos que ir corrigiendo de partido a partido y no se pueden hacer grandes pruebas como si fuera un entrenamiento porque te cuestan goles y puntos, que necesitamos».

El técnico de Baracaldo también matiza que los rivales Falcao y Adrián tienen «mucho nivel y por eso crearon ocasiones. Ahora el equipo juega un poco diferente a lo acostumbrado y hay que retocar algunas cosas más en defensa para mejorar. ¿Qué errores cometemos? Sólo lo diré a los jugadores porque se pueden enterar en el Racing».

De cara al partido de Santander, el técnico dice que «me faltará por sanción un jugador con casta y bravo como André Castro, pero saldrá otro», y en cuanto a la prueba que hizo ayer con el lateral Luis Hernández argumenta que «lo hice para compensar los equipos. También subiré a otros del filial al entrenamiento para ir conociéndolos porque no tengo más tiempo».

No elude la respuesta de que los partidos ahora son todos finales. «Nos quedan quince, y el partido de Santander es especial porque nos jugamos 3 puntos ante un equipo que también los necesita. Hay que ganar ocho partidos para sumar 44 puntos, así será muy raro bajar, y vamos a ir a buscarlos cuanto primero mejor. Se intentará ante cualquier rival; a ver si luego la afición y la ciudad tienen un descanso», dice.

Clemente también adelantó que «no varía el concepto de jugar en casa o fuera, otra cosa es el rival. De mí se dicen muchas cosas y paso página porque no saben ni lo que me gusta. Algunos dicen que toco campanas y me llaman campanero, cuando no lo he hecho nunca». Aún mantiene en su retina el gran comportamiento de la afición de El Molinón con el equipo. «Fue muy bueno. Es de lo único que estaba seguro cuando llegué a Gijón. Bilbao y Gijón, las mejores».