Lo primero que impresiona es su trayectoria. Abelardo Fernández Antuña (19-4-1970) no es un cualquiera en esto del fútbol. Su palmarés incluye dos Ligas, dos Copas del Rey, una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona, una Recopa europea, una Supercopa continental y dos más nacionales. Fue también internacional destacado con la selección española, con la que disputó 54 partidos oficiales, disputó dos Mundiales y dos Eurocopas y llegó a ser capitán. Y jugó en el Sporting y en el Barcelona de Johan Cruyff. Como lo que interesa ahora es el entrenador más que el central, Abelardo llega al primer equipo avalado por su excelente trabajo en el filial durante las dos últimas temporadas y, antes, en el Candás y el Tuilla. La reciente goleada al Oviedo en el Carlos Tartiere ha sido la guinda de una gran temporada del segundo equipo rojiblanco.

Abelardo tiene contrato de empleado del club y asume el reto de dirigir el equipo hasta final de temporada. No se contempla en principio que haya cambios en su situación contractual, más allá del lógico incentivo si consigue el objetivo de ascender al Sporting. Con esta decisión, el Sporting anticipa el futuro. Adelante un camino que estaba llamado a recorrer al sentar en el banquillo a un entrenador de enorme proyección y con un amplio recorrido por delante.

El gran mérito de Abelardo es haber sabido sacar un rendimiento sobresaliente a sus futbolistas. En las dos temporadas que lleva a cargo del filial, este equipo experimentó dos profundas remodelaciones que no impidieron que el técnico lograra completar dos ejercicios más que solventes. Sus momentos álgidos llegaron siempre en los enfrentamientos ante el Real Oviedo. La temporada pasada, con la goleada (4-0) en El Molinón. Y este curso, con doble victoria: 2-1 en El Molinón y 1-4 en el Carlos Tartiere. Pero no ha sido sólo eso. Abelardo tiene la habilidad de convertir a su equipo en un bloque compacto, pero también es un entrenador de futbolistas. No le tiembla el pulso a la hora de alinear juveniles y hasta cadetes, y todos ellos mejoran bajo su tutela. A pesar de ser un filial, el Sporting B no es un equipo que reciba demasiados goles.

Abelardo ha comenzado con buen pie su etapa al frente del primer equipo del Sporting. Dos horas después de su nombramiento, el equipo rojiblanco ganaba un puesto sin jugar y ascendía a la séptima posición, con lo que ocupaba la última plaza de la promoción de ascenso directo. Para ser exactos, el próximo sábado no será la primera vez que el técnico gijonés dirija el Sporting. Ya lo hizo en dos ocasiones en la temporada 2011-12, cuando era el segundo de Javier Clemente. El impulsivo técnico vizcaíno fue expulsado y sancionado con dos encuentros. Abelardo dirigió el equipo desde el banquillo en los dos últimos partidos de aquella temporada que concluyó con el descenso. Logró una victoria ante el Betis en El Molinón y no pudo con un Málaga que se jugaba un puesto en la Liga de Campeones en La Rosaleda.

Pero los inicios no fueron sencillos. Tras retirarse del fútbol profesional, Abelardo decidió dar un paso hacia la banda. Lo hizo, como es lógico, en su casa, con los equipos de base del Sporting, hasta que le llegó la oportunidad de dirigir al filial. A mitad de su segunda temporada, fue destituido por una serie de malos resultados y dejó el club. Probó fortuna en Candás y Tuilla, con los que repitió el éxito de ganar la fase autonómica de la Copa Federación. El Sporting volvió a reclamar sus servicios. Lo llamó Javier Clemente, quien había sido su entrenador en la selección española y buscaba un hombre de su confianza y con ascendente entre el sportinguismo para buscar el milagro de la permanencia. El Sporting resistió hasta el último partido, pero acabó cayendo.

Ese verano, Abelardo aceptó dirigir de nuevo el segundo equipo rojiblanco, puesto que Manuel Sánchez Murias dio el salto al primer equipo. Convenció a Iñaki Tejada para que aceptase ser su segundo y se llevó consigo a Gerardo Ruiz e Isidro. Por entonces, ya se intuía que algún día éste sería el cuerpo técnico del primer equipo del Sporting.

El primer reto de Abelardo será el de hacerse con el vestuario rojiblanco. Tiene la ventaja de que muchos de los jugadores que están en él ya lo conocen y mantiene una excelente relación con ellos. El resto conoce y respeta su trayectoria. Cuando tiene que serlo, Abelardo es un hombre de carácter, que sabe hacerse respetar.

La mano del Pitu se notará desde el primer día. Está previsto que varios jugadores del filial participen ya en el entrenamiento de esta tarde en Mareo. Las miradas se giran principalmente hacia defensas como Jorge Meré y Alberto, por las bajas en estas líneas, pero también hay otros hombres que podrían tener su esperada oportunidad, como el extremo Jony, sin duda el futbolista que mejor rendimiento ofreció esta temporada en el filial, o el centrocampista Álex Zambrano.