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En la estela de las leyendas

El prometedor debut de Castro le permite adelantar a Villa, que necesitó tres partidos, y a Quini, cinco, para hacer su primer doblete

Por la izquierda, Quini, Castro y Villa. LNE

"Villa es mi ídolo y Quini, el máximo referente", declaró Castro a LA NUEVA ESPAÑA tras marcar al Leganés su primer tanto con el Sporting, el mismo que dio la victoria. El atacante rojiblanco tiene claros sus referentes, dos de los delanteros que han hecho historia en El Molinón. La deslumbrante aparición del de Ujo como titular en el municipal gijonés, el pasado domingo, con dos goles ante el Zaragoza, le ha permitido adelantar algunos pasos ese camino que pretende seguir. Villa necesitó de tres partidos como titular para firmar su primer doblete y Quini lo hizo en su quinta aparición dentro del once. El joven heredero inicia con buen pie su propósito de acercarse a la trayectoria de las leyendas.

"El Brujo siempre da buenos consejos y Villa... Ojalá llegue a la mitad que ha conseguido él", afirmó Castro después de que Abelardo echara mano de su picardía en el área para firmar la remontada ante el Leganés. Castro se ha destapado esta temporada como una opción para la delantera que va más allá de un recurso de urgencia por la ausencia de fichajes. Ha sabido exprimir al máximo el rol de recambio de Guerrero y se ha reivindicado sin más estruendos que los escuchados en El Molinón para celebrar sus tantos. Promedia un gol en Liga cada 57 minutos, media que le ha erigido como máximo realizador de la plantilla con cuatro dianas, todas en El Molinón. Tras el del Leganés le sucedió el firmado ante Osasuna, y continuó ante el Zaragoza. Cuando ve puerta, el Sporting gana. El acierto es tal, que las estadísticas de la Liga reflejan que sólo ha disparado entre los tres palos en cinco ocasiones.

El debut de Castro como titular en Liga sucede al vivido en Copa, esta misma campaña, ante el Valladolid, en El Molinón. Fue precisamente en la competición copera en la que Villa firmó su primer doblete. El Guaje, que venía de saltar de inicio en Segunda ante el Albacete y el Atlético de Madrid, protagonizó la goleada al conjunto azul en el municipal gijonés (4-2), el 10 noviembre de 2001. Un dato curioso el de la fecha, ya que, por un día, Castro no igualó uno de los números de su ídolo justo trece años después. A los dos goles de Villa frente al Oviedo se unieron los de Pablo Amo y David Pirri. En Liga, el asturiano repitió doblete en la visita al Badajoz, durante la jornada 23 de esa misma campaña.

Quini, el gran goleador de la historia del Sporting, esperó hasta su quinto partido como titular para hacer dos goles de una tacada. Sería la primera de muchas. El Brujo había debutado en el Villamarín en diciembre de 1968, un año en el que el Sporting también luchaba por estar en la zona alta de la Segunda División. A su aparición ante el Betis le siguieron los duelos ante el Racing de Ferrol, Valladolid, Mestalla y la visita al Indautxu, el 18 de enero de 1969. Fue en tierras vascas donde Quini firmó dos de los cuatro tantos de la victoria del Sporting (0-4). Lavandera se unió a la fiesta y Balier, en propia puerta, completó el marcador. El Brujo, actual delegado del conjunto rojiblanco, ejerce ahora de apoyo del joven aspirante Castro, el penúltimo goleador salido de Mareo.

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