El Avilés, que no jugó con la intensidad de los últimos partidos en casa, no pudo con el descendido Tropezón y tendrá que esperar último partido contra el Compostela en San Lázaro para saber su destino en esta aciaga temporada. La derrota del Langreo libra a los avilesinos del descenso directo, pero tendrán que luchar con el Lealtad (que recibe a un Racing de Ferrol) y el Astorga (que juega en casa con el Guijuelo) para eludir la siempre peligrosa promoción de descenso.

El partido de ayer fue extraño y la derrota excesiva por lo visto sobre el terreno de juego. La primera parte fue de dominio alterno y ambos equipos tuvieron algunas ocasiones. El Tropezón salió muy defensivo, con tres centrales y esperando muy replegado, y en los primeros minutos al Avilés le costó hilvanar su juego de ataque. El primero en avisar fue Ito, que profundizó bien en el minuto 10 por la derecha, pero cruzó demasiado ante Andoni cuando estaba en buena posición.

El Avilés presionó más a partir de ahí y se hizo dueño del balón, aunque faltaba el último pase. Los visitantes lograron equilibrar el dominio cumplidos los veinte minutos ante un Avilés que perdió el sitio y lo fió todo en ataque con balones largos a Ito que casi nunca llegaban al destino ante la poblada defensa cántabra.

Iñaki dio el susto en el 26 con una internada por la izquierda que nadie acertó a cortar hasta que se metió en el área y rechazó Berna a córner. Fue un aviso que los locales no parecían captar y en el 29 Alejandro tuvo que salir ante Primo en una contra peligrosa. Cumplida la media hora, el Tropezón tenía el balón. No creaba mucho peligro, pero tenía lejos al rival y vivía con cierta comodidad ante un Avilés espeso, en el que solo Jandro ponía la velocidad necesaria por su banda para superar la defensa visitante.

Y Jandro tuvo el primero en otra internada por la derecha, pero cruzó demasiado. Igor Engonga sacó en el 37 un tiro de Zazo dentro del área que se colaba después de otra internada de Jandro, que dejó el balón franco en el punto de penalti. Fue la mejor ocasión local del partido.

Primo pudo adelantar al Tropezón en el 44 al aprovechar un fallo de Adrián León al despejar un balón claro, pero mandó fuera ante Alejandro desaprovechando una buena ocasión. Los últimos minutos de la primera parte se hicieron muy largos para el Avilés, que pasó algunos apuros.

Los jugadores se fueron al descanso dejando los locales cierta incertidumbre ante su afición. Y no sin razón. Juan Fresno obligó a Alejandro a esforzarse con un duro disparo desde fuera del área en el 51 y en la siguiente jugada llegó el gol local. Un centro desde la derecha de Álex Arias que tocó Ito con clase para superar por alto a Andoni.

El partido estaba donde necesitaba el Avilés, pero poco le duró la alegría porque tras el saque de centro el Tropezón profundizó por la derecha y el centro lo remató Juan Fresno con calidad para batir por alto a Alejandro.

El empate dejó noqueado al Avilés unos minutos y el Tropezón generó mucho peligro a la contra, pero fue Ito el que pudo marcar en el 59 en un remate dentro del área, escorado a la izquierda, que sacó Andoni a córner. Y un minuto más tarde, Jandro no pudo concretar un magnífico pase de Álex Arias. Eran los mejores minutos locales y la grada lo agradeció animando como no lo había hecho en todo el partido.

Pero el Tropezón cogió el balón y logró enfriar el partido, tanto que volvió a dominar y en el minuto 71 llegó el penalti de Berna a Álex, que acababa de entrar. Fresno no perdonó y anotó su tercer gol en el Suárez Puerta puesto que también marcó el del empate el pasado año.

Ito falló la ocasión de empatar en el 77 al mandar fuera tras otra jugada de Jandro por la derecha. Los minutos pasaban ante la desesperación de los avilesinos, que no podían concretar su dominio y veían como el Tropezón seguía montando contras peligrosas.

La puntilla llegó en el 82, con un gol en propia meta de Adrián León (exjugador del Tropezón) que desvió ante Alejandro un centro de Álex desde la izquierda. Desolación en el campo y pitos en la grada mientras todos preguntaban por los resultados de los rivales. Hay que seguir sufriendo.