De Dubai, de Suiza, de Estados Unidos; de Emiratos Árabes, de Alemania, de Colombia; de Brasil, de Inglaterra, de España; ... y de Asturias, claro. Son de todos esos rincones y de unos cuantos más. Son cerca de treinta y no pasarán de ahí, autoimpuesto el tope en las tres decenas. Son niños, de 8 a 11 años, y reflejan el fenómeno planetario de la marca Fernando Alonso. Por una semana, del 27 de julio al 1 de agosto, el centro del mundo de estos chicos será el centro de Asturias, La Morgal, en Llanera. Y su referencia, el campeón de Oviedo, el de la doble corona, transformado en el profesor Alonso al frente de una torre de babel de aspirantes a conductor de coche de carreras. Serán la promoción inaugural del campus del asturiano, una escuela de pilotos instalada en el recién estrenado circuito de La Morgal; de ella saldrán con la licencia de la Federación Española en la cartera, el primer permiso para empezar a competir.

Con lo obvio a un lado -kart incluido y unas cuantas horas de pista- los jóvenes aprenderán a vivir como pilotos. Será un bautismo para los inscritos -era requisito no haber corrido antes federado- y una ventana abierta a un mundo desconocido. Lecciones sobre cómo hablar con los medios de comunicación, cómo comportarse con los patrocinadores o qué debe hacer el piloto en los tantos actos que debe afrontar fuera de la pista. Mucho inglés para los españoles y mucho español para los extranjeros; qué hacer durante una carrera, cómo bajarse del kart si hay averías, el código de comportamiento, interpretar las banderas, lo básico del reglamento y algo de mecánica y mantenimiento del kart. Hasta dieta de piloto llevarán y probarán lo que es ceñirse al programa de un preparador físico. "Se trata de que aprendan a conducir, eso es lo básico", dice uno de los colaboradores más estrechos del piloto asturiano.

Fernando Alonso corre el 26 de julio en Hungría con su McLaren perezoso de esta temporada y ya en los siguientes días se le espera por La Morgal para sumarse al equipo de monitores y preparadores. Comprobará si el programa que él mismo ha preparado engancha a los pequeños y si las curvas que escogió con mimo entre circuitos de todo el mundo llevan a los alumnos las mismas emociones que a él. En el grupo tendrá un trío de asturianos para verse reflejado y empezar con lo que tanto repite, ese ansia de "devolver a Asturias todo lo que me ha dado".