Jessica Alonso ya es historia en el balonmano femenino español. Tras cuatro años en el extranjero y 10 fuera de Asturias ha decidido dar un cambio a su vida, volver a casa y empezar la carrera de Fisioterapia en la que enfocar su futuro.

-Toda una vida dedicada al balonmano, ¿cómo fue su trayectoria?

-Empecé en el balonmano con 8 años en el colegio Lloréu y al poco nos fusionamos con el antiguo Deportivo Gijón para poder seguir jugando, porque en el colegio se acababa en juveniles. Debuté con el Deportivo Gijón y poco después se crea un nuevo club que es la unión entre la base del Lloréu y el Deportivo Gijón. Ahí entreno con Diego Lafuente y Chencho, pero eso se rompe y yo voy al Balonmano Gijón con 17 años. Allí coincido dos años con Mino de entrenador, otro con Alfredo y el último año con Viti en el que sólo pude jugar al final porque estuve lesionada. Luego me fui al Itxako navarro en el que estoy seis años y donde ganó todos los títulos y cuando desaparece marcho a Serbia y luego a Francia donde estoy dos años en Le Havre y el pasado en el Besançon

-Debutó muy pronto con la selección.

-Me llaman a la selección en el 2005 estando en el Balonmano Gijón y debuto en Alemania en un partido contra Noruega. Durante todos estos años jugué 97 partidos con España en los que marqué 202 goles.

-¿La etapa del Itxako fue la mejor?

-Es donde cojo la madurez como jugadora. De Asturias marcho con muy buena formación de base gracias a todos los entrenadores con los que estuve y llego a Itxako donde termino de madurar como jugadora con el que para mí es el mejor entrenador que es Ambros Martín. Con él estuve seis años y fue el que puso a jugar de extremo porque antes jugaba de lateral.

-¿Los Juegos Olímpicos de Londres fueron el momento culminante con la selección?

-Unos Juegos es lo máximo que puedes vivir, si que fue la guinda del pastel de todas las cosas que logramos con la selección. También es muy importante para mi el primer título de liga con el Itxako o la Copa EHF. Los primeros títulos siempre quedan muy marcados.

-Se marchó muy joven fuera de Asturias y luego de España ¿cuál de las dos fue más dura?

-Con 20 años decido irme al Itxako. Si quería dar el salto de nivel. tenía que hacerlo fuera de Asturias porque por desgracia aquí no había un equipo potente. Fue una decisión que me costó mucho porque era muy joven y porque había empezado en la Universidad y la relación con mi novio Diego. Cuando eres tan joven tal vez tengas más dudas sobre el futuro pero también se afronta de manera más positiva. Y la de irme al extranjero fue un tanto obligada por la desaparición del Itxako. Fue en pleno verano y estando concentrada con la selección preparando los Juegos de Londres. Tengo la suerte de irme a un equipo de Serbia que jugaba la previa de la Champions y en el que además estaban otras tres españolas: Marta Mangué, Nuria Benzal y Begoña Fernández. Me hice las maletas y me fui.

-¿Se arrepiente de alguna de esas decisiones?

-Para nada. Lo veo como algo positivo el haber jugado en ligas extranjeras porque aprendes muchas cosas, los idiomas, relacionarte con otra gente, conocer otro tipo de balonmano... He tenido la suerte de jugar en Francia en el que se vive el balonmano de una manera increíble.

-Lleva 10 años fuera de Asturias ¿ha cambiado algo el balonmano en la región?

-Más que aquí en Asturias en España. El nivel ha bajado notablemente y aunque la gente joven tiene más oportunidades de jugar se han quedado sin referentes porque todas las mejores jugadores están fuera. Yo debuté en División de Honor con 18 años y me encontraba con jugadoras como Noelia Oncina, Montse Puche o Cristina Gómez que eran las "top" de aquel momento y ahora no hay esos referentes. Sigue habiendo algunos equipos como Bera Bera, Guardés, Rocasa o Alcobendas que mantienen cierto nivel pero es un nivel medio. La prueba es que en Europa se quedan fuera a las primeras.

-¿Cómo vivió este primer verano sin pretemporada?

-Muy bien. No hecho nada de menos el balonmano. Era una decisión muy meditada, llevaba tiempo pensándolo, era un tema personal porque llevaba mucho tiempo lejos. Tenía ganas de vivir lo que estoy viviendo ahora. En balonmano estuve al máximo nivel y necesitaba hacer otra cosa que me volviera a motivar de nuevo.

-Pero tuvo ofertas para seguir.

-Sí me llamaron muchos equipos, pero no el Mavi NT. En el caso de que hubiera querido seguir jugando o podido compaginar el balonmano y los estudios, el dinero no hubiera sido un problema, hubiera jugado gratis e incluso me hubiera pagado mi transfer, pero nadie me llamó".

-Está estudiando Fisioterapia, ¿por qué?

-Vengo de la ingeniería mecánica, pero estando en el Itxako tuve que dejarlo porque era imposible compaginarlo. Empecé a formarme como masajista y conocí un mundo que me gustó. Tengo un tutor en el Comité Olímpico que asesora a la gente cuando deja de competir y me animó a meterme en Fisioterapia.

-¿Le gustaría seguir relacionada con el balonmano?

-Uno de los motivos por los que me animé a estudiar es la posibilidad de seguir vinculada al deporte. He sufrido algunas lesiones y he trabajado con fisioterapeutas y mi objetivo es poder estar en un equipo.

-¿Qué le parece que haya empresas asturianas que patrocinen equipos de fuera y no los de aquí?

-Se me escapan los motivos. Habría que pensar por qué esta pasando eso. Necesitamos apoyo de ayuntamientos e instituciones para que nos pongan en contacto con empresas. Que faciliten el patrocinio. Vengo de clubes en los que el patrocinio privado es imprescindible, no viven de las subvenciones públicas. Lo que hacen es poner en contacto a los clubes con empresas y las que colaboran tienen desgravaciones fiscales muy importantes.