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Los bandazos del fútbol chino

Las astronómicas cifras a las que nos han acostumbrado los clubes chinos no pueden entenderse sin el respaldo, más o menos explícito, de un gobierno descaradamente intervencionista. La semana pasada, el diario "The Guardian" aseguraba que "las empresas dueñas de los 16 clubes de la Superliga china ven sus inversiones como una manera de obtener favores del Gobierno de Xi Jinping". Por eso suena a mala conciencia la reacción de un portavoz del órgano estatal encargado del deporte, que calificó como "irracional" el gasto para atraer a estrellas extranjeras. De momento, no tan estrellas, o algunas que ya no brillan tanto, como ha ocurrido recientemente con el brasileño Óscar (60 millones de euros al Chelsea) o el argentino Tévez, que se ha convertido en el jugador mejor pagado del mundo con 38 millones por temporada.

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