De cabeza trajo el Amorebieta al filial sportinguista. Dos tantos con la testa de Jon Ander y otro de penalti de Seguín propiciaron la sexta derrota de los hombres de José Alberto López. Si en el primer periodo los asturianos compitieron, en la reanudación estuvieron a merced de un rival más motivado. Por si fuera poco, desperdiciaron media docena de ocasiones. Un contratiempo que no les impide mantener el liderato, pero que permite a los rivales la opción de acercarse a ese privilegiado puesto. En la primera mitad los guajes pecaron de ineficacia en los últimos metros, algo que su rival exprimió al máximo. Y es que el Amorebieta se fue al descanso con ventaja gracias a su único remate entre los tres palos. Jon Ander, con la testa, mandó al fondo de las mallas un gran servicio desde la banda derecha. Los de José Alberto López dominaron el cuero y camparon a sus anchas y dispusieron además de numeras ocasiones para voltear el 1-0.

Claudio y Pablo Fernández encontraban con mucha facilidad la espalda a los centrales locales, pero cuando debían resolver ante el guardameta les faltaba inspiración. El primero se enredó cuando tenía toda la ventaja ante Tena y el segundo, tras un buen movimiento, estrelló el cuero en uno de los postes. Sin embargo, en ningún momento bajaron los brazos los rojiblancos, que no dudaban en generar peligro por las bandas, aunque les faltaba rematar la faena.

Enfrente también tenía un rival que se sentía cómodo con el resultado de cara y que no renunciaba a salir a la contra. No obstante, su producción ofensiva, salvo el tanto, fue nula. No así la de un equipo asturiano que seguía volcado y que incluso en esos minutos de agobio, vio como el colegiado anuló un gol de Claudio por un posible fuera de juego que generó bastantes protestas. Con derrota por la mínima pero con buenas sensaciones, se llegó al intermedio.

En el segundo periodo, cambió la dinámica. El Amorebieta pasó a ser dominador, mientras los guajes parecían irreconocibles, incapaces ahora de tener el balón y mostrándose inferior en las disputas. Por si fuera poco, el cuadro local descubrió sus carencias aéreas y empezó a explotarlas.