Cuando parecía que había hecho lo más difícil, eliminar al número 5 del mundo y cabeza de serie número 2 del torneo, Pablo Carreño se quedó a las puertas de la final del Barcelona Open Banc Sabadell, Trofeo Conde de Godó. El gijonés cayó en semifinales frente al griego Stefanos Tsitsipas, un joven de 19 años (número 63 del mundo) que ya había dejado por el camino al argentino Schwatzmann (número 17), al español Albert Ramos (40) y, sobre todo, al austriaco Dominic Thiem, tercer favorito en Barcelona y un gran especialista en tierra batida.

"Es un momento difícil perder en casa, pero finalmente la semana ha sido muy buena para mí después de volver de la lesión", declaró Carreño al finalizar un partido que se le puso cuesta arriba desde el primer momento. El gijonés fue a remolque desde el segundo juego y, aunque devolvió el break cuando Tsitsipas sacaba para ganar el primer set, no pudo forzar el "tie-break". En el segundo se mantuvo la igualdad hasta el sexto juego, cuando el griego logró una rotura definitiva.

Carreño elogió a Tsitsipas: "Él ha jugado muy bien y empezó muy fuerte. Me ha sorprendido un poco, he cometido algún error en momentos clave. Ha demostrado estar a un nivel muy alto y no le ha temblado el pulso en ningún momento".

Tras Barcelona, Carreño ya piensa en el Abierto de Estoril, donde intentará revalidar el título que conquistó el año pasado. "Intentaré recuperarme lo antes posible mentalmente, ya que no queda otra que seguir adelante", concluyó.

Carreño fue distinguido ayer por la Asociación de Periodistas del Tenis (APT) con el "Premio Jugador 10 Segura Viudas" del torneo. La APT ha considerado la trayectoria de Carreño, que el año pasado alcanzó el "top-ten" de la ATP, su valores deportivos y humanos y su gran papel en Godó 2018.