Richard Carapaz (Carchi, Ecuador, 1993) rebosaba felicidad en la calle Uría tras ganar la 61.ª Vuelta a Asturias por delante de su paisano Jonathan Caicedo y del portugués Ricardo Mestre. Ahora se siente con más confianza, tras imponerse en una vuelta, y sueña con hacer algo bueno en el Giro de Italia.

- ¿Qué significa este triunfo?

-Mucho. Será de los que nunca se me olvidarán al ser mi primera vuelta como profesional. Seguiré trabajando duro para que lleguen otras muchas victorias de éstas y mantenerme arriba.

- El Movistar le llevó bien.

-El equipo estuvo impecable y fenomenal con cada uno en su terreno y bien cubierto. Sin ellos no sería posible y el triunfo es parte de ellos.

- ¿Hubo nervios al sufrir un percance en la parte final?

-Siempre temes un pinchazo u otra mala suerte. No olvido que en una vuelta en Ecuador hace tres años la perdí por una caída y por un segundo. Por fortuna ahora estuve muy bien resguardado por Pedrero y Rubén Fernández.

- En El Violeo no le atacaron.

-Pedrero impuso desde abajo un ritmo muy alto para que nadie lo intentara, y salió bien. Hizo una arrancada Caicedo casi en la cima, pero le frenó pronto Pedrero.

- ¿Temía su ataque?

-Tenemos gran amistad y hablé un poco con él, pero en carrera somos rivales y era normal que lo intentara.

- ¿A quién dedica la Vuelta?

-Es sólo mía por lo mucho que me he preparado para lograrlo. Ya vendrán otros para repartir con los demás. Éste lo disfruto personalmente y me lo llevo en el corazón por ser el primero en una gran vuelta.

- Dos días después de ganar en el Acebo, ¿cómo lo analiza?

-Sabía que era un puerto largo y duro donde ganó gente de mucho prestigio internacional y le tenía mucho respeto. Pero también sabía que venía con buenas piernas y tenía que probarlo desde lejos. Me salió fenomenal y me quedo con esas sensaciones de levantar los brazos cruzando la meta.

- Tomó ventaja rápido...

-Al principio llevaba cien metros y tenía dudas de vencer porque no sabía cómo iban los rivales. Luego ya vi que tomaba distancia importante y tiré para arriba para lograr una victoria muy bonita e importante en mi carrera.

- Venía a por esta victoria.

-Sabía que tenía una buena oportunidad, pero no estaba convencido de ganar, aunque sí de darlo todo y hacerlo muy bien. Había que aprovecharlo.

- ¿Cuál fue su trampolín para llegar a este triunfo?

-Me quedo con el tercer puesto de la Semana Coppi-Bartoli porque aproveché esa oportunidad. Y también con el trabajo excepcional que le hice a Marc Soler en un puerto largo de la París-Niza para que lograra la victoria. Me gustan los puertos duros y con frío, fue mi mejor momento. Echar esa mano en una ascensión de una hora fue muy grande.

- El año pasado ya fue segundo en la Route du Sud y Premio Industria, y cuarto en Castilla y León. En 2015 ganó la Vuelta a la Juventud de Colombia y etapa en el Clásico RCN, y antes ya fue campeón panamericano y vencedor de la Vuelta a Guatemala sub-23. Vaya resultados espectaculares que tiene...

-Tuve la oportunidad de ir a correr a Colombia y hacer cosas buenas. Y luego venir a Europa al equipo navarro Lizarte para que a los tres meses me probara el Movistar. Soy de familia muy humilde y toda mi vida andaba en bici por naturaleza, pero empecé a correr con 15 años. En Ecuador casi no hay ciclismo y hay una gran crisis deportiva que te obliga a salir para triunfar. Fue duro alejarme de la familia.

- ¿Esta victoria le da alas para afrontar el Giro de Italia desde el próximo viernes?

-Va a ser muy importante porque a la vuelta de la esquina está ahí la carrera. Mi sueño es lograr una victoria de etapa y trabajé mucho últimamente para conseguirla. Sabía que me probaba en Asturias y, tras esta victoria, espero ahora lograr ese otro reto.

- ¿Va a tener libertad?

-Creo que va a ser como la Vuelta a España 2017, en la que habrá corredores en el equipo que tendrán sus opciones algunos días. También probaré para ver cómo responden mis piernas y aprovechar esas oportunidades.