Sus trucos han conquistado medio planeta. Subida a su skate, la brasileña Leticia Bufoni se ha convertido en un icono. Cuenta con dos millones de seguidores en Instagram -por exponer un ejemplo de su relevancia en redes sociales-, fue la primera mujer en firmar por Nike Skateboard e incluso consiguió su propio show televisivo en su país con solo 25 años. El pasado fin de semana en Vigo, durante el pestigiosos "O Marisquiño", volvió a brillar, pero no fue la gran protagonista. Su lugar lo ocupó una gijonesa, de 87 años, Vidalina Huergo Sánchez.
Vida, como la conocen en Sao Paulo, donde reside, se desplazó de improvisto a Vigo para ver en acción a Bufoni, a la que había conocido en marzo durante un acto de firmas de la deportista. La skater quedó impactada por una "fan única" y, al percatarse de su presencia en tierras gallegas, no dudó en regalarle su skate: "Es tuya", le indicó la brasileña mientras le abrazaba. Un vídeo que ha tenido más de 350.000 visualizaciones y que se ha multiplicado en distintos canales, llegando a los ojos de diversos famosos de otros ámbitos.
Un gesto que tuvo una gran repercusión causando furor, ya que no es nada habitual ver a un skater regalar su instrumento de vida. Los focos se fueron directamente hacia Vidalina, emocionada por el gesto de Bufoni. "Le recordé a su abuela, tuvimos una conexión, ahora voy a colgar esta reliquia en el salón, es un recuerdo inolvidable", indicó la gijonesa que se define como "una moderna a mi estilo". No es una simple seguidora, conoce con acierto el deporte del skate y se ha encargado primero de regalarle un skate a su nieta Andrea Larriba, cuando tenía 14 años y, ahora, a su biznieto William, de 3. No en vano, éste último cuenta con el rostro de Leticia Bufoni en su tabla. La brasileña colgó varias muestras de agradecimiento en sus redes sociales sobre la gijonesa, que avisa, en tono jocoso, de que "no quiero ser famosa". Pero no ha podido pasar desapercibido y ya han sido muchos los que han querido posar a su lado al ser reconocido como la "súper abuela".
Vidalina Huergo reconoce que en su época juvenil, en las calles de Gijón, no dudaba en calzarse los patines. "Practiqué un tiempo con ellos, me gustaba, pro nunca me subí a un skate", reconoce. Una tabla que ahora llevará a la "U" de Cimavilla para "que todos puedan verla porque es un tesoro".
Las comparaciones comienzan a salir a relucir para explicar la magnitud que conlleva el acto de Leticia Bufoni hacia esta gijonesa que no dudó en recorrer 400 kilómetros para verla en acción. Para un forofo del skate, el lograr la tabla de la brasileña es similar a que un aficionado del fútbol logre unas botas de Messi o de Cristiano Ronaldo. Vida no se ha separado en las últimas horas del skate, es su tesoro y ha dado la vuelta al mundo sin necesidad de subirse a la tabla. Su pasión por Bufoni no tiene límites y ya planea ir a los próximos X-Games que se disputarán en Los Ángeles para revivir un nuevo reencuentro con su "nieta adoptiva".
