La racha de éxitos del fútbol español femenino este verano se mantiene vigente gracias a la selección española sub-20, que con su victoria ayer ante Francia por un gol a cero luchará contra Japón por levantar su primera Copa del Mundo en toda su historia.

Las españolas, con la asturiana Lucía García en el banquillo después de la lesión sufrida en cuartos de final ante Nigeria, superaron ayer en Vannes (Francia) a las anfitrionas del campeonato y una de las más claras favoritas a alzarse con el título gracias a un tanto de Patricia Guijarro y después de unos últimos minutos de máxima tensión tras la expulsión de Aitana Bonmatí y el penalti parado por Catalina Coll.

El combinado nacional, a las órdenes de Pedro López, llegará a la final contra Japón, el próximo viernes a las 19:30 (Gol), sin conocer la derrota y, además, con el recuerdo muy próximo de ya haber vencido a las niponas en este Campeonato del Mundo. Fue en el segundo partido de la fase de grupos y España se llevó los tres puntos con un marcador de 1 a 0 que, de repetirse en la final, coronaría a la selección española. De todos modos, Japón se metió en la final después de ganar en semifinales a Inglaterra por 2 a 0 habiendo hecho un torneo de menos a más y con más experiencia en estas citas, ya que son tres veces campeonas en esta categoría.

España fue superior a Francia en la gran parte de los minutos. Comenzó el partido dominando pero sin crear ninguna ocasión manifiesta de gol mientras las galas no se veían capaces de arrebatar el esférico a las españolas ni de acercarse con peligro a la portería de Catalina Coll.

Pero tras la salida de los vestuarios tras el descanso todo cambió. La selección nacional no tardó muchos minutos en abrir el electrónico, corría el minuto 50 cuando Patricia Guijarro aprovechaba un centro desde la derecha para rematar con la cabeza, a pesar de no ser un remate limpio, tuvo la colocación suficiente para entrar en la portería francesa.

Con el 1-0 en el marcador, España siguió controlando la posesión del balón y dominando a una Francia que no tiraba a portería. Pero todo cambió con la expulsión de Aitana Bonmatí. La catalana del Barcelona recibía su segunda amarilla después de una falta en el centro del campo, saliendo del campo entre lágrimas y dejando a su equipo con una jugadora menos.

Francia aprovechó la superioridad numérica para conseguir la pelota, pero España cerró filas y juntó las líneas, consiguiendo que Coll no entrase en acción hasta el minuto 76, cuando una mano de Laia Aleixandri provocaba un penalti en contra de las españolas que lanzaría Marie-Antoinette Kototo; pero Coll adivinó la dirección del lanzamiento y lo atajó firmando una gran parada.

Tras el acierto de la portera balear, Francia no se rindió y los últimos minutos fueron un monólogo en terreno español. Pero la escuadra española no se puso nerviosa ante la adversidad. Pedro López movió el banquillo en busca de piernas frescas para dar más oxígeno a las diez jugadoras sobre el césped de Vannes y consiguieron que las francesas no tuvieran ni una oportunidad que hiciera peligrar la victoria española.

Con el pitido final, el combinado sub-20 no escondió su alegría por haber conseguido una cita histórica en el fútbol femenino español que vuelve a demostrar la mejoría que está sufriendo en los últimos años, siendo ya una habitual entre las favoritas en los Campeonatos de Europa y comenzando a ser un equipo a tener en cuenta en los Mundiales. Ahora solo les queda un último reto, el más difícil: ganar el Mundial.