"En el descanso estuve maravilloso". La frase de Luis Enrique sobre su encuentro con los jugadores en los vestuarios del Benito Villamarín, con 0-3 en el marcador, refleja el talante con el que afronta el asturiano su trabajo al frente de la selección española. Lejos del carácter agrio de su etapa en el Barcelona, Lucho trasladó un mensaje de confianza en sus jugadores con palabras y con hechos: mantuvo el mismo once en el segundo tiempo. Pero también insinuó que en su próxima convocatoria, para el decisivo partido frente a Croacia en Zagreb, puede haber novedades.

De momento, en Sevilla, Luis Enrique prefirió destacar la parte positiva de un partido que complica la clasificación para la Final a Cuatro de la Liga de las Naciones UEFA. "En la segunda parte hemos estado muy bien, metimos al rival atrás, aunque no hemos estado del todo finos", recalcó el gijonés, que ni siquiera recurrió a la excusa arbitral por la jugada en la que el portero inglés cometió penalti sobre Rodrigo, que pudo suponer el 2-3 y superioridad numérica con casi media hora por delante.

La España de Luis Enrique todavía depende de sí misma para lograr su primer título. Una victoria frente a Croacia el 15 de noviembre acabaría con las cuentas. "Ahora es tiempo de analizar lo que hemos hecho, de ver jugadores y de preparar la artillería para ir a Zagreb", recalcó "Lucho", sobre el que empiezan las presiones externas para que deje de contar con futbolistas hasta ahora indiscutibles. Y, sobre todo, para que reconsidere la exclusión de Jordi Alba.

El primer tiempo puso la lupa sobre los dos laterales (Jonny y Marcos Alonso) y también sobre la pareja de centrales, Nacho y Sergio Ramos. Con simples saques en largo de Pickford sobre Kane, Inglaterra ganó varias veces la espalda de la zaga española. El delantero del Tottenham lo tuvo demasiado fácil para descolgar el balón, girarse y dar los pases de gol a Rashford y Sterling. Busquets, el centrocampista encargado de equilibrar al equipo, tampoco sale bien parado.

La lesión de Carvajal, la decisión de Piqué de dejar la selección y la marginación de Jordi Alba han deparado una línea defensiva casi totalmente nueva. Funcionó razonablemente bien en los tres primeros partidos de Luis Enrique, pero lo ocurrido frente a Inglaterra obligan a Luis Enrique a reflexonar y actuar.