El de pasado mañana no será un encuentro más para Bjorn Bussman. "Será raro volver al Hermanos Antuña de visitante", asegura. El meta alemán regresa a Mieres para medirse al Caudal, conjunto en el que militó durante casi cuatro campañas y con el que logró en la temporada 2015-16 el récord de imbatibilidad en Tercera (1.232 minutos sin encajar). Lo hará defendiendo los colores del Colunga y para el germano será un partido especial. "Guardo buenos recuerdos, fueron casi cuatro años en Mieres y tengo ganas de ver a mucha gente; a mis amigos de la policía, a la señora que nos lavaba la ropa, a los paisanos del gimnasio...", recalca el cancerbero.

Para el portero, regresar a Mieres es recordar la temporada del ascenso a Segunda B. "Teníamos un gran equipo y éramos una familia; todavía charlamos en un grupo de whatsapp y mantenemos la relación, por ejemplo, este domingo iré a comer con David González, que ahora está en el Marino", apunta el portero.

Respecto al récord de imbatibilidad logrado en Mieres, Bussman no quiere erigirse como protagonista. "Nunca fue importante para mí, lo que contaba era el ascenso", destaca. Además, añade que "no fue mérito mío únicamente, todo el equipo lo logró; ganamos juntos, perdemos juntos y si no encajamos era gracias a todos", apunta. Sin embargo, sí que recuerda con mucho cariño los aplausos del público del Hermanos Antuña una vez que se superó la marca anterior, en manos de Rafa Ponzo.

Pero, al igual que momentos buenos, Bussman también pasó malos tragos en Mieres. Esos malos instantes se reducen a la última temporada. "Son cosas de la vida y del fútbol", reconoce el portero alemán. "He vivido momentos similares en mi carrera, como en Inglaterra, pero en aquella ocasión, el entrenador fue directo conmigo y me lo dijo; del Caudal me enteré que no contaban conmigo por la prensa", reconoce. Y es tajante: "no he sido el único en vivir una situación así, pero el tiempo dará y quitará razones".

Pese a salir del Caudal, Bussman quiso quedarse en Asturias. Primero en el Urraca de Regional Preferente y después en el Colunga, conjunto por el que firmó este verano. "Estoy muy feliz aquí, siempre me quise quedar, ya que me considero un asturiano más", expone. Su pareja también ha encontrado trabajo en el Principado. El meta asegura que "en el Colunga están yendo bien las cosas, aunque hemos perdido los cinco últimos partidos porque nos ha faltado algo de suerte", asegura.

Derrota ante el Pumarín

El Caudal disputó en la mañana de ayer un amistoso ante el Pumarín para conmemorar los cien años del equipo ovetense y cayó por 1-0 en un choque donde hubo muchas rotaciones.