El Liberbank Oviedo rozó esta tarde la perfección para derrotar al Levitec Huesca entrenado por el ovetense Guillermo Arenas. El equipo asturiano se exhibió en defensa y disfrutó del talento de uno de los mejores jugadores de la LEB Oro, un Oliver Arteaga que arrancó de la grada de Pumarín una ovación que se había ganado a pulso. Poco pudo hacer una de las revelaciones de la liga, un Huesca que cometió el pecado de dejar al Oviedo irse por 12 puntos (24-12) en el primer cuarto y que ya poco pudo hacer para sujetar a un equipo que jugó de memoria, que tuvo en Llorente a un fantástico director de orquesta y en Jakstas al complemento ideal de Arteaga cerca del aro.

El Huesca no tuvo su mejor día en el lanzamiento exterior, con solo dos aciertos en diecinueve triples intentados, pero es que el equipo de Javi Rodríguez no le dio una sola alegría, no le permitió nunca estar cómodo en la pista y jamás le dejó coger ritmo, correr ni tener una buena racha de anotación con la que ganar algo de confianza y creerse que podían darle la vuelta al marcador.

Arteaga, un clásico de la categoría, ofreció una clase magistral de fundamentos debajo del aro. Un pívot con todas las letras. Una victoria que consiguió el Oviedo sin dejar de sufrir por las lesiones. No estaba Matti Nuutinen y, tras el encuentro, el entrenador local reconoció que su lesión podía ser importante. Da igual. Apareció un Josep Puerto que tras dos meses de inactividad se marcó un más que digno partido, sobre todo demostrando que tiene un físico privilegiado y muchos fundamentos para defender muy bien, algo que resulta indispensable en este Oviedo.

Intentó Huesca meterse en el partido en el segundo cuarto y a 3.01 del final de la primera parte una canasta del exjugador local Kenan Karadhozic redujo la distancia a siete puntos (34-27). Javi Rodríguez no se lo pensó y pidió un tiempo muerto para reconducir a los suyos. La respuesta fue un parcial de 6-0 con dos canastas de Arteaga y dos tiros libres convertidos por Jakstas que pusieron el marcador 40-27 al descanso.

El Huesca siguió intentándolo tras la salida de vestuarios, dando un paso adelante en defensa. Pero es que cuando consiguieron parar un poco a Arteaga aparecieron los demás, Geks, Ahonen, Van Zegeren, Jakstas, para hacer que la empresa resultara prácticamente imposible en el último parcial. Un cuarto que sirvió para que Arteaga redondeara su recital en una tarde plácida para un Oviedo que ayer demostró que esta temporada va muy en serio.