El viernes fue un día especial, uno más, para Raúl Entrerríos, que alcanzó su partido número 500 en la Liga Asobal. El gijonés ha ganado dos ligas de campeones, va camino de su novena Asobal, cuatro copas del Rey, además del lujoso palmarés con la selección española (oro mundial y europeo, bronce olímpico, entre otros), pero su título más preciado es el respeto y la admiración que despierta en todo el mundo. El pequeño de los Entrerríos es un competidor excepcional y un deportista intachable, al que no se le recuerda un mal gesto pese a la extrema dureza de su deporte.