La jornada futbolística del domingo se vio sacudida por una noticia que llegaba de Inglaterra, tierra generalmente relacionada con el "fair-play". El partido entre el Leed United y el Aston Villa, decisivo para las plazas de ascenso a la Premier League, se vio sacudido por una serie de acontecimientos pocas veces vistos en el fútbol profesional. El Leeds se adelantó en el marcador con un jugador del equipo rival en el suelo, supuestamente lesionado, y a partir de ahí fue la guerra. Hubo peleas entre los jugadores, un expulsado por parte del Aston Villa y la decisión de Marcelo Bielsa, entrenador del Leeds, de dejarse empatar. No acabó ahí la polémica porque algún jugador del Leeds se rebeló contra la decisión del técnico argentino, pero finalmente el 1-1 subió al marcador. El empate supone, entre otras cosas, que al Leeds se le escapa el ascenso directo, con lo que ello significa en un mundillo donde los intereses económicos priman sobre todo lo demás. La última locura de Bielsa puede salir cara.