Jorge González tiene puesto en su estado de Whatshapp "bienvenido a mi mundo". Si alguien tiene pensado asomarse a su vida en los próximos diez días se encontrará un formidable quilombo y los nervios de un hombre que se juega en diez días dos ascensos con dos clubes diferentes. "Solo de pensarlo, se me pone el vello de punta", afirma.
Coque, como le conocen en el mundo del balonmano, es vicepresidente del Villa de Luanco. También es portero del Toscaf Atlética Avilesina. Con los primeros, arranca hoy la fase de ascenso para subir de Segunda a Primera. Un hito inédito en la humilde historia del club luanquino y que quieren presenciar al menos 600 personas en el pabellón local.
Con los segundos, y a partir del próximo fin de semana, luchará por subir de Primera a División de Honor Plata, la frontera con la glamurosa Liga Asobal. Lo hará después de todo un año luchando a contracorriente junto al resto de sus compañeros. Se ganaron a pulso un billete para esta fase tras lograr una agónica clasificación en el último partido de la Liga contra el Safa madrileño por sólo un gol de diferencia.
"No tengo tiempo para nada. A veces llego tarde por pararme a aparcar", ironiza. Lo dice porque ni mucho menos Coque vive del balonmano. En realidad, se desempeña en el negocio familiar. Una conocida sidrería a la que acude a trabajar incluso después de jugar los desplazamientos con la Atlética Avilesina. La mayoría de ellos fuera de Asturias. "Soy joven y me tengo que adaptar a lo que hay", cuenta el portero con tono estoico.
Pero a parte de un hombre atareado, Coque es fundamentalmente un hombre ilusionado. "En el Villa nací y crecí como jugador. Y en la Atlética vamos a tener a todo el pabellón pendiente", dice.
El Villa de Luanco arranca hoy la fase de ascenso de Segunda a Primera. A partir de las 20.00 horas de la tarde se enfrentará al Culleredo. Antes, a las 17.30 horas, inaugurarán el torneo el Balopal y el Urduliz. Coque se encargará de que no falte de nada. "Como tengo experiencia en la hostelería estoy pendiente de eso y también de organizar la rifa", cuenta.
Ese papel demuestra su afirmación posterior. "Tengo el cargo de vicepresidente, pero es algo más simbólico que otra cosa. En realidad, en un club como el Villa de Luanco todos nos encargamos de todo", explica Coque, que tiene tareas tan prosaicas como localizar neveras para mantener frías las bebidas para el público.
La fase del Villa de Luanco se prolongará hasta el domingo. De lograr el ascenso, será el primero para el equipo gozoniego. Pero para Coque no será el final. Le tocará pensar en el siguiente reto: tratar de hacer un buen papel con la Atlética Avilesina en la primera fase de ascenso en 17 años para la que se clasifica el equipo.
"En el fondo, la fase de ascenso del Villa me vale para no pensar en lo que viene después. Se me pone el vello de punta, porque lo que hemos logrado con la Atlética es impresionante", explica un portero que ha tenido actuaciones muy destacadas a lo largo de la fase regular.
Cuestionar a Coque sobre si prefiere un ascenso u otro sería reducir a lo absurdo la cuestión. "Es como si te preguntan si quieres más a papá o a mamá. Ojalá subamos los dos", zanja.
