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Amor al gol a 10.400 kilómetros

El jugador del Avilés Wenjun Ge quiso ser futbolista tras ver a España en el Mundial de Sudáfrica

Wenjun Ge, ayer, delante el Suárez Puerta con una bandera de China. MARA VILLAMUZA

Un flechazo. Amor a primera vista. Eso es lo que sintió Wenjun Ge el 16 de junio de 2010. Mientras media España se tiraba de los pelos por la derrota de La Roja ante Suiza en su debut en el Mundial de Sudáfrica de 2010, este por entonces niño de 10 años descubría el fútbol. "Era el primer partido que veía en mi vida y dije: 'quiero ser futbolista'", afirma ahora, a sus 19 años. De momento, ya ha dado varios pasos para conseguirlo. Uno de los más importantes el último verano, cuando llegó a España para jugar en el Real Avilés. "Siempre quise venir a jugar a Europa", reconoce.

Hasta ese 16 de junio de 2010, Wenjun Ge era un niño más de entre los 13 millones de habitantes de su Cantón natal. Jugaba al ajedrez chino y su única dedicación era estudiar. Hasta que aquel partido lo cambió todo. No sólo no se despegó de la televisión hasta que Casillas levantó al cielo de Johannesburgo la Copa del Mundo. También una idea entró en su cabeza: iba a luchar por jugar a fútbol.

Lo primero que tuvo que hacer fue convencer a sus padres. No fue fácil. La competitividad en las aulas chinas y la exigencia de su sistema educativo es tal que practicar un deporte como el fútbol resulta incompatible con los estudios. Tras mucho batallar con ellos, logró que le permitiesen ingresar en la academia del Guangzhou a los 13 años. "Como había empezado a jugar tarde, tuve que entrenar con mucha intensidad", explica el futbolista. Después de tres temporadas en el equipo de su localidad, le llegó la oportunidad de fichar por el Shenzhen FC, cuyo primer equipo milita en la Superliga China, donde estuvo dos temporadas: una en el juvenil y otra en filial.

Fue este verano, antes de iniciar su segunda temporada en el segundo equipo del club chino, cuando una llamada de su representante agitó su vida: tenía la posibilidad de jugar a Europa. "No sabía nada de Avilés. Lo primero que hice fue buscar información en internet", confiesa sobre esos primeros instantes en los que en ningún momento dudó en cruzar los 10.442 que separan Shenzhen de Asturias.

"La ciudad me gusta mucho. Hay mucho ambiente en las calles y me sorprende el estilo de vida de la gente, que se sienten en los bares... En China es todo mucho más rápido", explica el futbolista, quien también se confiesa gratamente sorprendido con la gastronomía local, de la que destaca la paella y la parrillada de pescados y mariscos.

También reconoce que le ha sorprendido la amabilidad y hospitalidad de los españoles. "Estoy muy agradecido a mis compañeros de equipo. Siempre que necesito algo se ofrecen todos a ayudarme", explica Wenjun Ge, quien ha elegido Marco como su nombre occidental para facilitar la comunicación con el resto de la plantilla blanquiazul, con la que habla en inglés. También recibe clases particulares de castellano cuatro días a la semana.

Por el momento, Marco, que se incorporó a la disciplina blanquiazul el pasado 5 de septiembre, no ha entrado en una convocatoria de Viti Amaro. "Tengo que entrenar fuerte para ponerme al nivel de mis compañeros, ir entrando en el equipo y ayudar desde el campo", reconoce el defensa central, que se define como "un futbolista intenso y batallador" y que tiene en Sergio Ramos y Puyol sus dos grandes referentes.

Sobre lo que resta de temporada, tiene claro que el objetivo de los suyos "es estar lo más arriba posible y luchar por el ascenso". "Ojalá pueda colaborar en ello", dice el primer futbolista chino del Real Avilés, que lo dejó todo por amor. Por amor al fútbol.

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