La convocatoria del Liberbank Oviedo Baloncesto para disputar hoy (20.30 horas) el partido aplazado en la cancha del Lleida es un auténtico drama. Siguen lesionados sus dos pívots, Arteaga y Wright; y tampoco podrán estar los dos últimos fichajes del equipo, Davis Geks y Jorge Sanz, al no estar en la plantilla cuando se debía haber disputado el encuentro (el 18 de octubre).

Así las cosas, estarán hoy en Lérida ocho jugadores: Sergio Llorente, que tendrá al canterano Sergio Arias como ayuda en el puesto de base; Víctor Pérez como escolta, al que deberá echar una mano Alejandro Rodríguez, que suele jugar en el Gijón Basket, equipo vinculado al OCB; Álex Reyes, como único alero; y para los puestos de cuatro y de cinco, estarán Jakstas, Nuutinen y el recién recuperado de una lesión José Blázquez. Una situación muy complicada que llega encima en un partido muy importante para los asturianos, puesto que el Lleida es, con tres victorias, una más que ellos, otro de los equipos implicados en la lucha por salir de los últimos puestos de la clasificación.

La salida de tres jugadores que no cuajaron en el inicio de temporada, Tre' Coggins, Gunnar Ólafsson y Guim Expósito, ha tenido como consecuencia esta situación, que se agrava con las lesiones.

Es difícil pensar que el OCB pueda hacer algo más que intentar cumplir el expediente en Lérida con tantas ausencias y tan importantes. Aún así, Javi Rodríguez, muy satisfecho con la actitud que están mostrando sus jugadores, a pesar de que llevan cuatro derrotas consecutivas, no tira la toalla y solo piensa en competir en el Barris Nord de Lérida: "El Lleida cuenta con dos pívots muy poderosos, Eric Stutz y Shaquille Cleare, pero buscaremos maneras de contrarestar eso y, aunque pueda perjudicarnos, tenemos que mirar lo positivo, ver cómo sus pívots van a poder defender a nuestros ala-pívots; intentaremos buscarles las cosquillas, hacer un partido en el que ellos sufran y lograr una victoria que a los dos equipos nos hace falta".

Javi Rodríguez no esconde que la situación en la que se encuentran los dos equipos da aún más importancia al resultado, aunque huye de cualquier tipo de dramatismo: "Está claro que este partido es relevante, no quiero decir que es una final porque quedan muchas jornadas por delante y hay que tener tranquilidad y, además, nosotros estamos jugando cada vez mejor".

El OCB ya intentó el viernes sobreponerse a la difícil situación del equipo, pero acabó cayendo (85-73) en Cáceres. Hoy buscará la gesta y, después, recuperar gente para medirse el sábado (18.30) al Granada en Pumarín.