Perseverancia, esfuerzo, entrega, ilusión? son algunas de las máximas de toda persona dedicada a la promoción del deporte base, aunque son muy pocos los que atesoran esas virtudes y, por si fuera poco, sin ánimo de lucro. No son demasiados los elegidos en la comarca del Oriente de Asturias. José Luis Díaz Queipo, al que todos conocen como "Ton", es uno de esos personajes que tanto ha dado al mundo del deporte base, en este caso al fútbol. Natural de Arriondas, 53 años, acaba de poner fin a un ciclo en la Escuela de Fútbol del Oriente, con sede en el feudo municipal parragués, tras 20 temporadas, pues, este el pasado fin de semana se hizo oficial la absorción por el Arenas del Sella para la campaña 2020/21.
Su estela como formador de valores no ha pasado desapercibido. Cientos de chavales -también niñas- han pasado por "su" EF Oriente. Algunos tuvieron la oportunidad de llegar a defender las selecciones regionales, tarea ardua para jugadores asentados en las alas de la comunidad autónoma debido a las dificultades con respecto a otros clubes más poderosos situados en el área central.
Muchos padres y madres se sienten orgullosos de que sus hijos e hijas hayan formado parte de esa gran familia que configuraba la Escuela de Fútbol del Oriente, desde Infiesto hasta Colombres, desde Ribadesella a Cangas, pasando por Cabrales. Grandes momentos, sonoros éxitos -tanto infantiles como alevines llegaron a militar alguna campaña en la máxima categoría provincial- y también instantes nada halagüeños. Hubo de todo durante esas dos largas décadas, pero muchas más luces que sombras.
Ton, que tiene mucha mano izquierda, ostenta el récord de ser el jugador que más temporadas militó en el histórico Arenas del Sella: 20 campañas, desde que se inició con sólo 15 años de edad, en Segunda Regional, en el equipo que tenía como técnico al carismático Bravo -ex jugador del Oviedo y del Racing, entre otros.
Vinculado a la Escuela de Fútbol del Oriente desde su fundación en la temporada 2000/01, Díaz Queipo, un enamorado del deporte-base, puede sentirse más que orgulloso de su trayectoria como educador y formador. Y orgullosos de él se sienten todos aquellos, tanto chicos como chicas -Peque, Isina y Diandra, entre otras, que pusieron voz al futbol femenino entre varones-, que en algún momento de su vida lucieron la elástica del club.
Ton Díaz Queipo fue, es y será el prototipo ideal que cualquier club de campanillas hubiese deseado para encargarse de las categorías nodrizas. Él, por diversas circunstancias, apostó por Arriondas, por Parres, por el Oriente. Y su gran satisfacción es que casi todos los que pasaron por su metodología le respetan y aprecian, a la vez que le admiran. Todo un señor, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
