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Balonmano | Primera Nacional

Las cuarentenas por covid, una pesadilla para el balonmano asturiano: "Cuesta coger el ritmo"

Los técnicos del Unión Financiera, el Toscaf Atlética y Villa de Luanco sufren los parones por el covid: "Es como el que está aprendiendo a multiplicar y no va a clase"

Toni Malla da indicaciones en un partido

Los parones por las cuarentenas, a causa del covid-19, son un dolor de cabeza para los entrenadores, como pueden constatar los de dos de los equipos asturianos de la Primera Nacional de balonmano. Toni Malla, técnico del Unión Financiera Base Oviedo, lo sufrió en pretemporada y cree que todavía lo está pagando. Y Juan Muñiz, al frente del Toscaf Atlética, tendrá que afrontar el partido de mañana con una semana de trabajo con solo ocho jugadores.

“Es como el que está aprendiendo a multiplicar y no va a clase”, expone Toni Malla sobre lo que ocurrió en sus primeras semanas en el club: “Nos influyó mucho porque paramos de golpe, cuando estábamos con mucha carga física y táctica”. Malla considera que ese déficit se notó en el inicio de la competición, pero no quiere ponerlo de excusa para algunos tropiezos de un aspirante al ascenso: “Los 15 días que estuvimos parados se notaron cuando el talento fue escaso o el rival supo contrarrestarlo. Y físicamente, alguna vez se nos acabó la gasolina. Hemos aprovechado estas dos semanas sin competición para recuperar un poco en lo físico y llegar bien a los cuatro partidos de diciembre. En lo táctico nos va a costar más”.

Los jugadores, según Toni Malla, notaron mucho los 15 días de cuarentena: “Volvieron con mucha ilusión, pero al principio cometían muchos errores no forzados. Procuramos ir poco a poco para evitar lesiones. Cuando paras en plena pretemporada cuesta mucho volver a coger el ritmo”. El técnico del Unión Financiera destaca la mejoría según pasan las jornadas, pero cree que todavía les falta mucho: “En Gijón, frente al Finetwork, ya vimos la defensa que queremos tener, pero no podremos alcanzar la plenitud hasta la segunda vuelta”.

Más difícil lo tiene su colega del Toscaf Atlética, Juan Muñiz, que ha visto cómo se le aplazaban cinco partidos por positivos de sus rivales y acaba de salir de una cuarentena por varios casos en su plantilla: “Después de diez días en casa empezamos a entrenar esta semana solo con ocho jugadores”. Un viaje a Zaragoza, tras estar en contacto con positivos en el partido anterior frente a Soria, metió el virus en el vestuario del equipo avilesino, que sigue teniendo siete jugadores en casa.

“Además de lo que cuesta volver a arrancar, encima ahora vamos a tener mucha carga de partidos para recuperar los aplazados”, añade Muñiz, que pone en un segundo plano ahora los resultados: “Competiremos lo mejor que podamos y una vez que se normalice el calendario, si se normaliza, a ver dónde estamos”. Muñiz, que intenta meter mucha intensidad a los entrenamientos, destaca que “el primer día que trabajamos después de la cuarentena parecíamos jubilados. Pero poco a poco se fue mejorando”.

Manolo Gutiérrez, entrenador del Villa de Luanco, también tuvo que contemporizar tras un parón de diez días. “A la vuelta noté un bajón, sobre todo en los tres que pasaron la enfermedad. La primera semana iban renqueantes. Tuvimos que hacer un período de adaptación, como si fuera la última fase de la pretemporada”. El técnico luanquín asegura que no llegaron en buenas condiciones al primer partido, pero aún así lo resolvieron con victoria. Ahora también se les aprieta el calendario para recuperar dos encuentros aplazados. 

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