Donde antes estuvo Messi, en una gigantesca lona que preside la entrada al Camp Nou, figuran ahora dos niños. Dos adolescentes que encarnan el cambio de ciclo del Barça, un equipo que anda buscando su lugar. El equipo y, por supuesto, el club, arruinado económicamente sin margen alguno para invertir, convirtiendo la renovación de Ansu Fati, que ya se negocia, en un asunto capital para el futuro.

Donde antes estuvo Messi durante años figura la imagen de Ansu, el atrevido chico que ha recogido sin miedo alguno la pesada carga del 10, y Pedri, el atrevido canario que se ha ganado un lugar en la afición azulgrana, necesitada de conectar con nuevas generaciones tras asumir, y tampoco era necesario el sonoro bofetón del 0-3 del Bayern Múnich, la decadencia del equipo. Debe hallar una luz de esperanza en uno de los períodos más sombríos de la historia contemporánea del club.

Esa inmensa lona representa la realidad del Barça. Dos jóvenes que proyectan ilusión escoltando a Busquets, el capitán que simboliza el vínculo con el pasado más glorioso, y Piqué, convertido en la voz sentimental del deprimido universo culé. Hay seis jugadores saludando a todo aquel que llegue a partir de ahora al templo azulgrana.

Ansu Fati. FC Barcelona

Los niños, los dos capitanes, que evocan la época grande de Guardiola (2008-2012), cada vez más lejana, y dos jugadores que no llevan el brazalete (Ter Stegen y De Jong) que deben ser el hilo conductor que cosa ambas generaciones que confluyen ahora en el equipo de Koeman, cuestionado como anda el técnico porque no da con la tecla para reactivar la reconstrucción, sintiendo como siente la desconfianza de Laporta. Es algo recíproco.

10 meses sin jugar

Ansu es la bandera del nuevo Barça. Por su fútbol, un delantero moderno, eficaz, capaz de batir récords de precocidad en su deslumbrante aparición en el fútbol profesional, y por la conexión que tiene con la grada, necesitado de nuevas referencias. Lleva 10 meses sin jugar y se le espera como el salvador para un equipo que ha perdido gol y magia.

El joven, que ha sufrido cuatro operaciones desde el pasado 7 de noviembre, está en la recta final para reaparecer

De todo eso anda sobrado el delantero, quien ha recibido el legado más pesado que puede tener un futbolista en el Camp Nou. Lucir el 10 de Messi. Cuando Ronaldinho se fue, Leo cogió el 10 sin miedo alguno. Cuando Messi se ha marchado al Paris SGAnsu, tras recibir la autorización de los capitanes, aceptó llevar esa zamarra cargada de historia y, por supuesto, de presión. Está a punto de volver. Pero ni Koeman ni el jugador ni tampoco el club quieren precipitarse en su retorno.

Ansu Fati. FC Barcelona

Desde el 7 de noviembre pasado ha vivido un calvario, con cuatro operaciones incluidas en su maltrecha rodilla izquierda. Se ha perdido Eurocopa y Juegos Olímpicos con la selección española. Pero ahora intuye su retorno muy cerca. Quizá la semana que viene coincidiendo con el viaje a Cádiz, a no ser que se precipite todo y pueda estar el lunes en el Camp Nou, inicialmente en el banquillo contra el Granada. Partidos todos ellos que someterán a un máximo estrés a Koeman, obligado a provocar una reacción inmediata del equipo si no quiere ver comprometido, aún más, su futuro.

El mural del Barça en el Camp Nou con Busquets, Piqué, Ansu Fati, Pedri, De Jong y Ter Stegen. Manu Mitru

La junta acelera las negociaciones para cerrar la renovación de Ansu, convertido en bandera deportiva y comercial del club

Ansu está de vuelta. Y el Barça ha acelerado, según informó ayer SER Catalunya, las conversaciones con Jorge Mendes, su agente, para cerrar la renovación. Tiene contrato hasta el 2024, sostiene el club, mientras los representantes del jugador creen que expira en el 2022. El delantero, entretanto, mantiene su deseo de continuar en el Camp Nou, preparado como se siente para enfrentarse al descomunal desafío de pilotar la reconstrucción desde el campo. De ser el rostro deportivo y, a la vez, comercial del Barça post Messi

Por eso, la necesidad que tiene la junta de Laporta de cerrar el acuerdo para difundir un mensaje contundente de cara a los próximos años, que se auguran llenos de contratiempos por la miseria económica. El inicio auténtico del nuevo ciclo, que requiere "paciencia y confianza", como reconoció el propio presidente.

Ansu Pedri, con quien la directiva también ha iniciado las negociaciones para su renovación, no solo salen en esa lona que saludará a los aficionados que acudan al Camp Nou sino que encarnan el futuro. Y, sobre todo, el presente de un club que ya no puede vivir del pasado.