El Liberbank Gijón dio por finalizada una temporada en la que acaba en octava posición y que ha estado condicionada por la plaga de lesiones sufrida por el equipo, tres de ellas de gravedad: las de Cecilia Cacheda, Laura Rivas y Natalia Montilla. La entrenadora, Cristina Cabeza, valora positivamente la campaña, dadas estas circunstancias, y tiene puestas muchas esperanzas en el futuro.
–¿Qué balance hace de la temporada que acaba de finalizar?
–Creo que la temporada ha tenido dos partes diferentes. La primera vuelta el equipo estuvo bien hasta la lesión de Cecilia Cacheda y en la segunda nos dejamos llevar por la inercia y hemos acusado mucho las bajas. No hicimos una buena segunda vuelta, pero los objetivos estaban cumplidos. En la primera Copa de la Reina lo hicimos bien y en la segunda competimos hasta donde pudimos. El balance en general creo que es positivo teniendo en cuenta las circunstancias en las que hemos estado durante toda la temporada.
–A su juicio, ¿qué es lo más positivo y lo más negativo del año?
–Lo mejor es que todas las jugadoras han dado el máximo, sabiendo que hubo jugadoras que no pudieron jugar partidos muy importantes. Ha sido muy positiva la contribución de las juveniles al equipo senior, se han visto formando parte del grupo desde el primer momento. Lo negativo sin ninguna duda han sido las lesiones, ha sido un año durísimo para todo el mundo pero especialmente para nosotras. Aunque la pandemia no nos ha afectado mucho, las lesiones sí nos han mermado.
–Usted venía de una temporada muy dura en Alcobendas. ¿Hay mucha diferencia entre los dos clubes?
–Sí, mucha. Cuando ficho por el Liberbank Gijón soy consciente de que lo hago por un equipo que va a luchar por los puestos de arriba y eso te da tranquilidad. Además, he trabajado muy a gusto, desde el club se han portado muy bien conmigo. Es un club que solo tiene equipos femeninos y lo tiene todo bastante controlado, me han dejado trabajar bien y hay mucha diferencia. En Alcobendas cogí el equipo en Plata, lo ascendí y nos mantuvimos el primer año, pero en el segundo tenía pinta de que íbamos a bajar y el sufrimiento fue mucho mayor. Aquí se sufre, pero es de diferente manera.
–Llegó con la plantilla hecha al cien por cien, pero de cara a la próxima temporada las que renuevan lo hacen con su visto bueno y los fichajes también. ¿Cambiará mucho la forma de juego?
–Sí, es cierto, cuando llegué la plantilla ya estaba hecha y lo único que pude aportar fue hacer retoques a partir de las lesiones. Evidentemente eso ha cambiado, vamos a tener un equipo que no tendrá tanta altura como este año pero defensivamente van a seguir siendo muy fuertes y me va a dar la posibilidad de hacer un juego mucho más rápido, a diferencia de este año. La plantilla es de gente joven y mayoritariamente nacional. Vamos a dar mucha guerra defendiendo muy fuerte y haciendo contraataques rápidos. En ataque posicional jugadoras como Marizza y Cecilia volverán a llevar los galones, pero creo que vamos a tener un ritmo de juego bastante más elevado que el de esta temporada.
–Usted dijo que la velocidad es la clave en el balonmano moderno. ¿Hacia eso quiere ir el equipo?
–Siempre me ha gustado que a partir de una fuerte defensa haya posibilidades de correr. Hacer goles rápidos en el balonmano de ahora te da la tranquilidad y el equipo estará preparado para eso. En el tema táctico tendremos que trabajarlo, fichar una lateral zurda te da muchas más opciones y cuando estemos todas, porque Cacheda no estará al principio, será un equipo compensado y en Gijón vamos a disfrutar mucho.
–Hablando de la liga en general, ¿le ha sorprendido algo?
–Bera Bera ha sido el equipo más regular y lo cumplió. En la Copa, Elche, que tiene una gran plantilla, dio la sorpresa y lo eliminó. Lo que más me sorprendió es que se consiguió que todo saliera adelante, que se jugaran todos los partidos a pesar de la pandemia. Se ha hecho un esfuerzo muy grande pero se logró el objetivo.
–Parece que hubo más emoción por abajo que por arriba, porque el Bera Bera fue campeón varias jornadas antes de terminar pero el descenso se decidió en la última jornada.
–La última jornada para San José, Córdoba y Morvedre ha sido muy emocionante. Al final se salvó Morvedre y creo que se merecía seguir en División de Honor, trabaja muy bien la base y a partir de ahí es donde el balonmano femenino español tiene que tener su crecimiento.
–La próxima liga recupera la normalidad con 14 equipos, un solo grupo y todos contra todos. ¿Lo prefiere?
–Sí, han bajado cuatro equipos y subido dos, Sant Quirze y Zonzamas. En principio volverán a bajar cuatro y subir dos para recuperar una División de Honor de 12 equipos aunque esto está aún por aprobar. Tal vez bajen tres y suba solo uno, eso ya se verá. Será una temporada muy dura pero todo el mundo quería una liga regular en la que jugásemos todos contra todos.
–¿Dejó planificado el trabajo de pretemporada y la vuelta a los entrenamientos?
–Sí, he hablado con las jugadoras para que durante el mes de junio hagan descanso absoluto y en caso de hacer algún deporte que no sea balonmano ni balonmano playa, que se diviertan y se relajen. Luego en julio recibirán un programa de trabajo individualizado y empezaremos la pretemporada el día 2 de agosto.
