Pabellón gijonés de Mata-Jove. Faltan quince minutos para que Marta Piquero y Sara Roces, flamantes campeonas de Europa de hockey sobre patines, retomen la rutina, inicien el primer entrenamiento con el Telecable tras la conquista de la corona continental con España. Marta atiende felicitaciones por teléfono. Sara recibe abrazos antes de perderse en el vestuario para cambiarse. “¡Que ganas tenía de veros!”, se escucha mientras LA NUEVA ESPAÑA se adentra en la conversación de las protagonistas, dos ganadoras de rostro cansado, sonrisa imborrable e inagotable ambición.
“Voy a guardar la medalla en casa, en La Caleya (barrio de Pola de Lena). Tengo todos los trofeos guardados en un armario. ¿Tú qué vas a hacer?”, pregunta Marta Piquero a su compañera. “Voy a enmarcarla la camiseta con la medalla y colgarla en la habitación. Mi güela Tina está muy contenta”, responde la felguerina. “Pues mi güelu Lorenzo emocionadísimo, pero ¿no va y me suelta que fallé un penalti?”, continúa Marta sin evitar reírse. De lejos, Roberto, padre de Marta, sigue la conversación. A su lado está Benjamín, el padre de Sara. Ellos también las acompañaron en Portugal, junto a más familia. Toya, madre de Piquero, y el otro Roberto, hermano de la jugadora del Telecable, animaron en la grada junto a dos de sus tíos. Por parte de los Roces, además de Rosa, la madre de Sara, estuvieron sus dos hermanos mayores, Antonio e Isaac. “Vaya cómo se emocionó cuando ganasteis”, le comentan sobre este último a Sara.
“Tengo pensado hacer una merienda en Pola de Lena. No pueden faltar cachopos de los de la carnicería. ¡Papá!, ¿cómo se llama la carnicería donde los preparan tan buenos?”, dice Marta. “Pera, pera, que te lo miro”, le responde Roberto mientras saca el móvil. “Era bueno hacer una cena o algo con el resto del equipo”, propone Sara. Parece que su idea también cuaja. “Ahora hay que centrarse ya en lo siguiente. En quince días, la Supercopa. Hay que ganar”, comenta Marta. Resurge la vena competitiva, la que ha llevado a Marta a sumar tres títulos mundiales y dos europeos a sus 23 años. La misma que elevó a Sara a ser nombrada mejor jugadora del disputado el pasado fin de semana en Portugal, con solo 19 años. “Hay que ir a por todos los trofeos que están en juego”, replica la langreana.
Fernando Sierra, entrenador del Telecable, aparece. Señal de que ya queda menos para que el entrenamiento eche a andar. “Mañana (por hoy) voy a ver a las crías del Club Patín Nalón”, señala Sara, que tiene claro el mensaje que trasladara a quienes están siguiendo sus primeros pasos en el hockey. “Aquí la clave es disfrutar. Si lo pasas bien y aprendes a tope, pueden pasar cosas maravillosas, ¿o no?”, continúa. “Diles que es clave disfrutar y también mantener siempre el compromiso y la responsabilidad con su equipo. Porque lo importante es eso, el equipo”, le dice Marta.
“Yo hoy (por ayer) piré clase, pero mañana (por hoy) ya no puedo librar”, prosigue Marta, estudiante de un grado superior de Educación Infantil. “Hiciste lo mismo que yo. Al menos vuelvo a encontrarme con los compañeros de Mieres”, responde Sara, estudiante de Ingeniería Civil. La bola vuelve a rodar, el ruido de los patines manda. Marta y Sara se ríen. Algo bueno está por llegar.
