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La fórmula de Luis Gallego: “Para ser jugador del Marino hay que ser una excelente persona”

“Nunca me planteé fichar a un director deportivo, yo esto lo hago por vocación y llevo al equipo en el alma”, dice el presidente del Marino

Luis Gallego, ayer en Miramar. | María Fuentes

Luis Gallego (Luanco, 1952) es el eterno presidente del Marino, que consiguió la salvación en Segunda RFEF ante el Navalcarnero gracias a un gol de Luis Morán. Gallego lloró celebrándolo y en esta entrevista hace balance de la temporada. Llegó al club en 1984. Dos años antes abrió la tienda de muebles familiar. Dice que no es casualidad.

–¿Con qué le fue mejor, con el negocio o con el equipo?

–El club me fue muy bien, a la par que la tienda. Llevamos 41 años y tenemos una clientela fiel. Yo era muy del Marino, pero estuve viviendo en Oviedo durante cinco años, trabajando en “Galerías Preciados”, que fue como mi universidad. Luego monté la tienda y entré en el Marino, donde había sido jugador desde los 12 a los 21 años.

–¿Cuánto cambió el fútbol desde sus inicios como directivo hasta hoy?

–Ni se sabe lo que cambió. Antes no había televisiones y para ver un partido había que ir al campo, por lo que ahora hay menos espectadores. Influye todo. En Miramar, normalmente metíamos 800 o mil personas, ahora estamos en 600.

–¿Sufrió mucho con la salvación?

–En este equipo siempre tengo fe. Era la comunión de mi nieto y fui a la iglesia, pero no me quedé en el convite porque tenía que estar con el Marino. Lo más importante de un equipo es el vestuario que hagas y de eso estoy orgulloso. La gente dice que fue un milagro, pero no lo es, es tener a un Luis Morán, a un Nino... Y el resto del equipo se contagia.

–¿Cómo celebró el gol de Luis Morán?

–Tengo un nieto de 9 años, Guille, que va conmigo a los desplazamientos. No sé cuánto tiempo estuvimos los dos llorando abrazados: dos minutos tranquilamente. El crío lloraba primero de tristeza porque descendíamos y luego de alegría. El abrazo fue inmenso, salió instantáneo.

–Y la fiesta de después...

–Lo organizamos para volver los dos autocares juntos a Luanco. Uno de los autobuses, el de los aficionados, se estropeó y lo esperamos para ir a la vez. Llegamos de noche a Luanco y nos recibió todo el mundo, autoridades y aficionados. Fue muy guapo.

–¿Se planteó un cambio en el banquillo en algún momento de la temporada?

–Yo tengo dos teorías. El jugador del Marino tiene que ser una excelente persona, si es muy bueno, pero deja que desear, por el Marino no ficha. El vestuario es lo más importante. Yo, cuando ficho a un entrenador, él marcha cuando quiere y los jugadores lo saben: al técnico no se le toca. Y a Manel tampoco. Ha hecho un gran trabajo y probablemente seguirá.

–¿Luis Gallego tiene fecha de caducidad?

–No hay fecha de caducidad, pero tenemos que convocar elecciones y me voy a presentar. Seré el único. Mientras tenga salud y esté bien, pienso que todavía hay que hacer muchas cosas. Estabilizar el equipo y mejorar las instalaciones

–¿Nunca se planteó fichar un director deportivo?

–Nunca me lo planteé. Hace años, cuando Vega-Arango estuvo en el Sporting me quiso llevar para ser una especie de director general. Yo esto lo hago por vocación, lo llevo en el alma, desde pequeño que iba con mi abuelo. Los clubes se están profesionalizando, pero tengo la vista suficiente y no podemos hacer cosas raras. Fichamos cien jugadores que residan en Asturias, y si no que vengan a casa de la prima, de la madre o de la novia. Si no es así, no los podemos fichar. La economía no nos da.

–¿Qué le pide a la temporada que viene?

– Lo único que pido es que nos metan a los asturianos en el grupo del norte. Hay que lanzar al presidente de la asturiana a Madrid para que meta presión. Nosotros no tenemos que jugar contra los madrileños. El grupo tenía que ser con Galicia, Cantabria, País Vasco, La Rioja o incluso Navarra. Eso sería lo normal.

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