Baloncesto | LEB Oro

Durand Scott, todo actitud en Pumarín para debutar en el Alimerka Oviedo

El jugador norteamericano, reenganchado al baloncesto tras dos años parado por la muerte de su madre y su hermana: "Estoy feliz, vivo con una sonrisa desde que llegué"

Durand Scott, ayer en Pumarín.| Fernando Rodríguez

Durand Scott, ayer en Pumarín.| Fernando Rodríguez / Mario Rodrigo

Durand Scott siempre había sido un hombre feliz, dedicado a su gran pasión por el baloncesto, que le había llevado a conocer múltiples países. Pero la vida le tenía reservados un par de golpes demoledores para alguien tan familiar como él. En noviembre de 2021, mientras jugaba en Puerto Rico, recibió una desoladora llamada desde Nueva York: "Mamá ha cogido covid y está muy grave". Pudo llegar a tiempo para despedirse. Pocos meses después, en abril de 2022, su hermana Shammet falleció a los 38 años a causa de un mieloma múltiple. Al pequeño de los Scott el mundo se le vino encima. "Fueron momentos muy duros, no me sentía capaz de jugar al baloncesto", confesaba Durand ayer, al término del entrenamiento del Alimerka Oviedo, el club que le ha dado la oportunidad de reengancharse.

"Sé que si hay algo que tanto mi madre como mi hermana quisiesen que hiciera es seguir jugando. Sentía que me decían: ‘estate preparado, la oportunidad llegará’", apunta Scott, con el que el OCB ha gastado el último movimiento que le quedaba. Los que están serán los encargados de certificar la permanencia en LEB Oro, empezando por el decisivo partido de mañana en Pumarín ante el colista Melilla (17.45 horas, Vinx).

Primera experiencia

El curriculum de Durand Scott parecía poco propicio para aterrizar en Oviedo. Estaba llamado a cotas más altas. Criado en el Bronx de raíces jamaicanas (jugó con la selección caribeña), tras haber sido un jugador destacado en formación (fue compañero de Kemba Walker en el instituto Rice y de Shane Larkin en los Miami Hurricanes de la NCAA, recién clasificados para la Final Four de este año) dio el salto a Europa. Su primera parada fue, precisamente, Santiago de Compostela. "Fue difícil, no es habitual ver ‘rookies’ en la ACB, pero, de la mano de coach Moncho (Fernández), me sirvió como preparación para el resto de mi carrera: Italia, Israel, la Eurocup...). Cuando sales fuera tienes que llevar los brazos, la mente y el corazón abierto, porque en cada sitio hay una cultura y una filosofía diferente".

La vuelta a España ha sido inesperada. "La gente no sabe por qué llevo tanto tiempo sin jugar, dan por supuesto que he estado lesionado. El Oviedo es el único que en vez de dar cosas por supuestas me ha preguntado: ‘¿Qué ha pasado?’. Estoy muy agradecido por esta oportunidad de volver. A mis amigos les digo que todavía no jugué un partido, pero que desde que llegué tengo una sonrisa, entreno con una sonrisa, pierdo el balón y sigo sonriendo (se ríe de nuevo)...".

El pasado otoño el cáncer se volvió a cruzar en su vida. Su otra hermana, Ruschell Boone, reportera de la cadena de televisión NY1, fue diagnosticada con cáncer pancreático. Ha salido adelante. "Mis hermanos me decían: ‘nos debían una victoria’", dijo la periodista al New York Post. "Yo soy el baby de la familia, ella es mi segunda madre"", admite el jugador.

Scott lleva apenas dos semanas en Oviedo, pero nadie lo diría viéndolo entrenar. Contagia entusiasmo. "Puedo aportar mi liderazgo, en mis equipos siempre he sido capitán, y mi veteranía entre tanto jugador joven", subraya el último fichaje del OCB, que se deshace en elogios hacia sus compañeros y el partido contra el Estudiantes, que vio sentado de calle en primera fila. "Fue fantástico, así debemos jugar, en defensa y en ataque. Hay que tener esa mentalidad ganadora. Nada de ‘vamos a ganar cuatro o cinco partidos’, sino ‘vamos a meternos en play-offs’".

Operación de Comendador

Por otra parte, ayer fue operado con éxito Ángel Comendador, el jugador cedido por el Estudiantes en el OCB que sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.

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