El turrón indigesto del Avilés

Siete temporadas lleva el el equipo blanquiazul sin ganar tras la pausa navideña, con un empate y seis derrotas; la última, ante el Ourense CF, al que nunca ha conseguido marcar un gol

Espectadores viendo un partido del Real Avilés en el estadio Suárez Puerta,

Espectadores viendo un partido del Real Avilés en el estadio Suárez Puerta, / Ricardo Solís

Jorge Valverde

Jorge Valverde

Hubo un tiempo en el que el fútbol no se detenía por Navidad, y eso que las competiciones eran más cortas y la saturación no impregnaba los calendarios. Por entonces, la festividad, más espiritual, no iba tan ligada a comilonas o comercializaciones y los partidos tampoco llevaban el sello del "boxing day", como dicen los anglos, quizá porque tampoco había mucho para regalar.

Echando la vista atrás, hasta se pueden encontrar ejemplos extremos como el de la intersección 1933-1934, cuando el Stadium (Sasá López, Armando Canalón, Emilio Vallina…) tenía partido el día de Nochebuena, en Ferrol, y Nochevieja, en Madrid, donde, para más inri, la lluvia le obligaba a pernoctar durante las campanadas y retrasar al 1 de enero el encuentro ante el Nacional capitalino. Algo parecido ocurría en el paso de 1949 a 1950, cuando el finado Real Avilés (Alfredo Llana, Ricardo García, Juanín Fernández…) suplicaba sobre infames asfaltos por llegar a Pontevedra y Vigo, donde jugaba, respectivamente, los días de Navidad y Año Nuevo. En ambos casos, a la coincidencia con fechas tan señaladas se unían los desplazamientos fuera de Asturias. Durísimas condiciones de viaje aparte, el tiempo que se empleaba para arribar a esos destinos podría ser casi equivalente al de hoy a Nueva Zelanda.

La última vez que el representante avilesino no gozó de tregua navideña fue en la temporada 1986-1987, si bien los partidos del equipo de José Ramón Fuertes ni coincidían estrictamente en los días festivos ni tenían lugar más allá de las fronteras astures.

En lo que va de siglo, el parón de Navidad no le pudo sentar peor al Real Avilés. De 24 reinicios, los fracasos (14) superan en más del doble a los triunfos (6), dato especialmente dañino en las últimas 7 temporadas, que arrojan un balance dantesco, con 6 fracasos y un solo empate, el de 2023 en Zamora.

Para encontrar el último regreso posnavideño con victoria blanquiazul hay que remontarse al 8 de enero de 2017, en Pola de Lena, donde el resultado era más propio de hockey sobre patines (5-7). En aquel partido, con Pablo Lago dirigiendo desde el banquillo, llegaron a marcar hasta cinco jugadores: Álex Arias, Álex García, Marcos Torres (2), Matías Fernández (2) y Luismi Rincón. Desde entonces, y a excepción de aquel agónico gol de Primo Conde que hace un año sirvió para empatar en el Ruta de la Plata zamorano, no hubo más que hincados de rodilla en el Suárez Puerta (contra el Siero y dos veces frente al Ceares), en Llanes, en Carballiño y, ahora, en Orense.

En cuanto a lo ocurrido en el último día de Demonios, más que de Reyes, el análisis de la derrota debería centrarse más en la forma que en el fondo. Si los resultados no llegan, el mínimo exige que el retrato sea otro muy diferente al visto en la Capital de las Burgas. El Ourense CF, por cierto, ya puede ser considerado como el nuevo ogro del realavilesinismo, ya que su balance (3 partidos, 3 victorias, 7 goles favorables y 0 en contra) le desvela como el único rival de la historia cuya portería, después de tres enfrentamientos, continúa sin ser vulnerada por Real Avilés Industrial.

Suscríbete para seguir leyendo