Las deportistas asturianas ganan más trofeos cobrando menos: esta es su realidad y sus reivindicaciones

El éxito del Telecable en la Copa Intercontinental de hockey abre el debate de una profesionalización que está aún en sus inicios 

Las jugadoras del Telecable Gijón celebran la Copa Intercontinental en La Canzada, en Gijón.

Las jugadoras del Telecable Gijón celebran la Copa Intercontinental en La Canzada, en Gijón. / Juan Plaza

Antonio Lorca

Antonio Lorca

El deporte femenino está cada vez más presente. La victoria en el Mundial de fútbol, todo lo que supuso y lo que sucedió a su alrededor con el polémico beso de Rubiales a Jennifer Hermoso, han hecho que se hable mucho de deporte femenino y de los éxitos que aporta al deporte español. En Asturias, empujado por los éxitos del Telecable Gijón, también se valora cada vez más el papel de las mujeres, pero las deportistas advierten de que no se puede vivir de elogios y exigen una remuneración acorde a sus trabajo y a sus resultados.

Resultados: el equipo más laureado de la historia del deporte asturiano está formado por mujeres. El Telecable Gijón de hockey sobre patines ha ganado todos los títulos posibles: Liga, Copa, Copa de Europa, Supercopa y el domingo pasado, en Argentina, la Copa Intercontinental. Están ellas y también los dos equipos femeninos de balonmano que hay en la máxima categoría, el Motive.co y el Lobas Oviedo; o el Rodiles, de fútbol sala, situado en la parte alta de la clasificación de Segunda División.

Además de equipos, Asturias tiene deportistas tan importantes como María López, la capitana de la selección española de hockey sobre hierba que se acaba de clasificar para los Juegos Olímpicos; la seleccionadora nacional de fútbol, Montse Tomé, y dos de las jugadoras que han entrado en la última convocatoria de las actuales campeonas del Mundo: Lucía García y María Méndez.

La primera boxeadora española de la historia que se ha ganado una plaza en los Juegos Olímpicos, Laura Fuertes, es de Gijón.

María Priscila Schegel, de Corvera, fichó por la mejor liga del mundo de voleibol, la de Estados Unidos, que aspira a ser una suerte de NBA del voleibol femenino.

La piragüista Sara Ouzande tiene su plaza asegurada en París y la baloncestista Ángela Salvadores juega en la máxima categoría del baloncesto francés. L as hermanas Alicia y Lucía González son ciclistas profesionales y la surfista Lucía Martiño, una de las mejores del mundo, también vive de su deporte.

Muchas otras aspiran a hacerlo pronto.

El debate del salario lo puso encima de la mesa el presidente del Telecable Gijón, José Luis Souto, que dejó claro tras ganar la Copa Intercontinental que el próximo reto no está en ganar más títulos sino que las jugadoras de su equipo puedan ganar al menos el salario mínimo. Un sueldo que permita dedicarse plenamente al deporte y que evite que ofertas de otras partes provoquen que el equipo termine desmantelándose.

En la actualidad hay muy buenas deportistas, pero muy pocas de ellas pueden ganarse la vida en casa, en Asturias. De las deportistas citadas al principio, tan solo las que juegan en la máxima categoría del balonmano español, la atleta Isabel Barreiro y unas pocas más desarrollan su carrera profesional en Asturias.

El fútbol es un buen ejemplo. La Liga F, la máxima categoría, es la única profesional. En Asturias, los dos principales equipos femeninos son los del Real Oviedo y el Sporting, que militan en la tercera categoría y han tenido que dejar marchar a jugadoras como María Méndez y Erika González, ahora en el Levante, o Isina y María Cienfuegos, en el Sporting de Huelva. La internacional Lucía García fue un paso más allá y fichó por el Manchester de United, equipo en el que lleva desde 2022.

Esa Liga F, totalmente profesional, tiene de presidente a otra asturiana, Beatriz Álvarez. Exjugadora de fútbol, expresidenta del Oviedo Moderno y exdirectora general de Deportes, ejerce en la máxima competición femenina la misma labor que Javier Tebas en la masculina. La región concentra la mayor parte de sus deportistas profesionales que viven en Asturias en los dos equipos de balonmano que tiene en lo más alto. Esta competición, la Liga Guerreras, resume bien cómo está siendo la evolución de la profesionalización en el deporte femenino. El Lobas Oviedo jugó por primera vez en lo más alto en la temporada 2015-16. En ese momento, se obligaba a los clubes a tener tres jugadoras con un contrato laboral. Esta temporada son diez, obligando además a que seis de esos contratos sean a tiempo completo y los otros cuatro, al menos, a media jornada. La próxima temporada, los equipos de esta competición estarán obligados a hacer al menos doce contratos, ocho de ellos a tiempo completo. Otra manera de profesionalizarse para las mujeres, y para los hombres, son las becas ADO, que se dan a los deportistas que están preparando unos Juegos Olímpicos.

Sara Ouzande tiene una beca ADO que le permite dedicarse por completo a la preparación de los Juegos de París con una remuneración suficiente por ello. También Laura Fuertes, que reside en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. "Mi vida está dedicada a esto. Al principio tenía una beca de la Federación Española de Boxeo, ahora tengo la beca ADO. Me entrenó por la mañana y por la tarde, tengo viajes, sería imposible organizarme con un trabajo", reconoce la boxeadora.

Llegar a este punto es para Fuertes "un sueño. Se están haciendo cosas muy buenas" para que las diferencias entre hombres y mujeres disminuyan en el deporte. "Ahora las mujeres entran más jóvenes al deporte y la apuesta de Iberdrola ayuda mucho. En el boxeo, la Federación Española confió en nosotras. Pero no es solo el boxeo, las chicas del fútbol están haciendo cosas muy buenas, las chicas del Telecable de Gijón son el mejor equipo del mundo... se está dando un cambio en toda España", dice la gijonesa.

Cuando pase la aventura olímpica Laura Fuertes se planteará si dar el paso al boxeo profesional. Este deporte se suele dividir en dos modalidades, la profesional y la olímpica, que ya no son incompatibles y tienen importantes diferencias. "Me gustaría probar el boxeo profesional después de París. Tendré que estudiarlo".

Entre los debates que rodean la igualdad salarial entre hombres y mujeres está el del negocio que generan unos y otros. Habló recientemente de este asunto Rafael Nadal, el mejor tenista español de la historia, para quien "la inversión en deporte femenino debe ser la misma que en deporte masculino... Pero los sueldos no. ¿Por qué? Lo que es injusto es que no hay igualdad. Un hombre y una mujer se merecen las mismas oportunidades. Pero el término feminismo se lleva a unos extremos... La igualdad no reside en regalar. La igualdad es que si Serena Williams genera más que yo, tendrá que ganar más que yo. Yo no quiero ganar más que Serena por ser Rafa Nadal".

Del beneficio económico que genera el deporte femenino ya había hablado la deportista asturiana María Priscila Schegel a través de sus redes sociales en septiembre de 2023. María Priscila Schegel, profesional del voleibol, se hizo las siguientes preguntas: "¿Por qué el deporte femenino genera menos? ¿Es por el propio rendimiento o por qué no se vende como el masculino? ¿Seguimos creyendo que no interesa después de ver lo que ha pasado con el fútbol femenino?". En su opinión, "no genera porque no se nos vende, porque los medios de comunicación no nos hacen caso. Triste, pero cierto.

La sociedad (en general), consume lo que se le da y si el deporte femenino no aparece en los medios principales no se ve, por tanto, no genera".


Natasha Lee
(Malasia, 1988). Entrenadora del Telecable Gijón.

"Hay que renunciar a muchas cosas, se pierde más de lo que se gana"

Natasha Lee, en La Algodonera, en Gijón, con la Copa Intercontinental.

Natasha Lee, en La Algodonera, en Gijón, con la Copa Intercontinental. / Ángel González

Se retiró la pasada temporada tras una carrera en la que fue de las jugadoras más importantes del mundo en hockey sobre patines. Ahora vive de entrenar al primer equipo y a la cantera del Telecable

Natasha Lee es historia del hockey sobre patines. Ha ganado todos los títulos posibles, algunos varias veces; le retiraron la camiseta del Telecable Gijón, el club de su vida; y ha jugado fuera, en el Voltregá catalán, donde agrandó aún más su palmarés. Tras la retirada, pasó a ser la entrenadora de un Telecable con el que acaba de conquistar en Argentina la Copa Intercontinental, el único titulo que les faltaba.

Vive del hockey sobre patines, aunque no se considera profesional: "Actúo como profesional, en mi vida todo gira en torno al hockey sobre patines, pero con los éxitos no he notado ningún cambio, tengo que combinar ser entrenadora del primer equipo con entrenar a la cantera para completar el salario, y con eso se puede decir que voy tirando, pero lo que gano está por debajo del salario mínimo", explica Natasha Lee, uno de los símbolos del equipo más laureado de la historia del deporte asturiano.

El Telecable entrena cuatro veces por semana y Natasha suma a esas sesiones una semanal más con cada uno de los equipos de la cantera: "Desde la categoría mini hasta la juvenil entreno una vez a la semana a cada equipo, se dividen los horarios de forma que yo pueda ir; además de eso y de los entrenamientos del primer equipo, están los viajes y el trabajo invisible, el que no se ve".

Necesitamos que las buenas palabras, los elogios, se transformen en hechos

Cuando fue a jugar a Cataluña las cosas tampoco fueron mejores: "Tampoco cobraba por jugar y tenía también que entrenar a niños. La primera vez que cobré algo por jugar fue hace cuatro años cuando regresé al Telecable".

Las cosas "han evolucionado", pero no es un consuelo: "Si antes estábamos a años luz de lo que nos merecemos ahora es un poco menos, hay muchos clubes que están pagando algo, pero esto a día de hoy no tendría que ser noticia".

El hockey sobre patines es un deporte minoritario, lo que siempre complica las cosas para vivir de ello. Ser mujeres lo hace aún más difícil: "Tengo muchos amigos míos que juegan en el Barça, que ganaron lo mismo que nosotras en el mismo deporte (la Copa Intercontinental en Argentina), y lo que cobra uno de ellos puede que sea más que lo de todas nosotras juntas". Y eso que a ellas se las empieza a considerar como el Barça del hockey femenino. Es cierto que el conjunto azulgrana es una excepción incluso en la liga masculina, pero, apunta Natasha, "en los equipos masculinos de la máxima categoría todo el mundo cobra".

Las perspectivas para las nuevas generaciones son algo más halagüeñas. El presidente del Telecable aseguró en el recibimiento al equipo desde Argentina que la "obsesión" del club era que todas las jugadoras pudieran pasar a cobrar al menos el salario mínimo.

"Cuando yo era juvenil me parecía impensable cobrar y ahora se nota el cambio de mentalidad en las jóvenes que entran", señala Lee. Un cambio del que son en buena parte responsables porque sus éxitos han ayudado a visibilizar esa brecha salarial que existe en el deporte: "Notamos que somos parte fundamental en ese cambio, pero necesitamos que las buenas palabras, los elogios, se transformen en hechos, porque si no hay más apoyo esto acabará rompiendo algún día".

Lee advierte también de que un equipo tan ganador es difícil de mantener: "Nuestras jugadoras son un caramelo para otros equipos y si aquí no podemos pagar, ¿cómo quieren conservar esto?". Con un salario que, al menos, les permita no perder tanto: "Tienes que llevar comida a casa, nosotras perdemos más de lo que ganamos con el deporte, soy fisioterapeuta y he renunciado a ello por el hockey. Hay que renunciar a muchas cosas".


Kristina Sotomayor
Lviv, Ucrania, 1992. bádminton.

"Todo depende de los recursos del club, pero lo normal es compaginarlo"

Kristina Sotomayor, en el polideportivo de La Corredoria, en Oviedo. | Miki López

Kristina Sotomayor, en el polideportivo de La Corredoria, en Oviedo. / Miki López

Lleva ocho años en el Club Bádminton Oviedo, está embarazada de su segundo hijo, debido a lo que ha dejado momentáneamente de competir. Acaba de firmar su primer contrato como entrenadora 

Kristina Sotomayor es una histórica del Club Bádminton Oviedo. Muchos de los éxitos del club carbayón, dos veces campeón de liga, hubieran sido muy complicados sin la participación de una mujer que llegó a Asturias procedente de Ucrania hace ocho años y que espera el nacimiento de su segundo hijo tras formar una familia aquí junto su marido, el cubano Christian Gola Sotomayor. Casi todas las tardes se la puede encontrar entrenando a equipos de la cantera del club de Oviedo en el polideportivo Corredoria Arena.

En cuanto a si es posible o no ser profesional jugando al bádminton considera que "todo depende del club, de que tenga más recursos o menos, pero normalmente se hace compaginando con entrenar o con otras cosas". En el tiempo que lleva en España, se ha podido dedicar siempre a jugar al bádminton, que es en lo que se ha formado y su única manera de ganarse la vida. Ha llegado a jugar para clubes de otros países al mismo tiempo que para el de Oviedo.

Los equipos cada vez quieren y necesitan tener a más mujeres que jueguen bien

Para Kristina la diferencia no la marca el genero sino "el nivel" que tenga el deportistas. "Los clubes quieren ganar y por eso necesitan traer a jugadores de fuera", explica con una lógica aplastante. En el bádminton se da una peculiaridad de género, puesto que los equipos se miden en varias disciplinas –individual masculino y femenino, dobles masculinos y femeninos, y dobles mixtos– y gana el que más puntos suma en esos partidos. El club que quiera ser ganador necesita tener a mujeres de talento en su equipo. "Los clubes necesitan mujeres que jueguen bien para poder ganar en la liga, al ser mayor el número de hombres que practican bádminton es más fácil encontrar a chicos de alto nivel que a mujeres; además, ahora, con la Copa Iberdrola, que juegan solo mujeres, es todavía más importante tener chicas de alto nivel en lo clubes", explica la ucraniana.

Kristina dejó el bádminton por primera vez cuando quedó embarazada de su primer hijo, volvió a competir y ahora, tras su segundo embarazo, el objetivo es regresar de nuevo después de dar a luz.

"Me gustaría volver, la vez anterior lo hice, al mismo nivel. Entonces estuve bien contra jugadores europeos importantes. Lo prioritario para mí es la familia, pero me gustaría volver, me gusta competir, esa emoción, sentir esa atmosfera, soy muy competitiva", señala la ahora entrenadora del Club Bádminton Oviedo.

Para hacerlo sabe que se necesita "ayuda", pero cuenta con la experiencia: "Con el primer hijo es todo una catástrofe. Ahora sabes más cosas y todo cambia, pero siempre hace falta la colaboración de la pareja, de los abuelos...".

Como entrenadora a Kristina Sotomayor siempre le gustó más trabajar con los pequeños: "Son como yo era, pero con todo el futuro abierto y me gusta transmitirles cosas que yo no tuve".

Siendo cierto esto, no le importaría dar un paso y algún día, en unos años, hacerse cargo del primer equipo del Bádminton Oviedo.

"Me gustaría alguna vez llevar a entrenar al equipo de División de Honor, sé que es una responsabilidad, que hay que ser buen psicólogo y buen entrenador, pero creo que lo podría hacer".


Miriam Cortina
(Gijón, 28 años). Jugadora del Lobas Oviedo

"Aún estamos a años luz de los hombres y de lo que se da en otros países"

Miriam Cortina, en el pabellón de La Florida, en Oviedo. | Miki López

Miriam Cortina, en el pabellón de La Florida, en Oviedo. / Miki López

Es jugadora del Lobas Oviedo, de la Liga Gurreras Iberdrola de balonmano, y esta temporada es, por primera vez, una deportista profesional con contrato a tiempo completo

Miriam Cortina lleva toda la vida jugando al balonmano y hasta los 28 años no lo ha hecho de forma profesional. Es la primera vez que la central del Lobas Oviedo juega en la máxima categoría de su deporte y eso le abre las puertas para tener un contrato a tiempo completo.

Los clubes que militan en esta categoría, como es el caso del equipo de Oviedo y del Motive.co de Gijón, están obligados a tener a seis jugadores con un contrato de trabajo a tiempo completo y a otras cuatro con uno a media jornada.

Si el equipo baja no sé si podrán hacerme un contrato y a lo mejor tengo que dejarlo

"Cuando empecé era impensable tener un contrato de trabajo por jugar. Tenías que ser muy buena, marcharte fuera o entrenar también a niños", explica la central del Lobas Oviedo. Reconoce avances, pero el camino por recorrer aún es grande: "Las diferencias de salario con otros países son brutales, es verdad que poco a poco se está avanzando y a eso ha ayudado mucho el Mundial de fútbol que ganó España". Pero respecto a ellas hay una diferencia importante: "Es fútbol". En cualquier caso, la visibilidad que han tenido las mujeres de la selección española ha sido decisiva: "Les han hecho un montón de entrevistas, parte de los avances son gracias a ellas, están ayudando a las mujeres en todos los deportes". Miriam, licenciada en Economía, compatibiliza su trabajo con el estudio de una oposición. En ese ámbito se encuentra con una desventaja por jugar en la liga femenina. En el caso del balonmano, la Liga Asobal ha pasado a ser considerada una liga profesional a todos los efectos, lo que no ha sucedido con la Liga Guerreras. Además del diferente salario que se pueda percibir entre la máxima categoría masculina y la femenina, que una sea profesional y la otra no, supone que "a la hora de presentarse a las oposiciones, si juegas en una liga profesional se te considera deportista de alto rendimiento y eso da puntos en la oposición; es una ventaja que ellos tienen y nosotras no".

"Aún estamos a años luz de los hombres y de lo que se da en otros países". Y eso reconociendo la importancia de los pasos que se han dado. Un ejemplo es que ser profesional permite a Miriam continuar dedicándose al deporte: "A mí me viene genial, el año pasado estaba casi igual en cuanto a número de entrenamientos, pero sin ese contrato, y ahora tengo la tranquilidad de poder jugar algo más de tiempo al balonmano sin pensar que tengo que empezar a ganar dinero".

El problema estará en si el equipo de Oviedo, que está luchando por la permanencia, da un paso atrás y desciende. "¿Qué pasará sin bajamos? ¿Cuánto cobraremos? ¿Tendremos contrato? El club tiene muchas dificultades para afrontar todos los gastos que supone esto. Si no puedo vivir de ello igual tengo que dejarlo porque no puedo preparar oposiciones, trabajar y entrenar".


Isabel Barreiro
(Gijón, 24 años). equipo Adidas atletismo.

"Si no fuera profesional no podría estar entrenando ni la mitad que ahora"

Isabel Barreiro, en la pista de atletismo de Las Mestas, en Gijón. | Ángel González

Isabel Barreiro, en la pista de atletismo de Las Mestas, en Gijón. / Ángel González

Ha fichado por el equipo Adidas y eso le permite por primera vez dedicarse de manera profesional al atletismo. Busca la mínima para ir a los Juegos de París en los 10.000 metros

Isabel Barreiro lleva desde los 6 años practicando atletismo y ahora vive un momento dulce, con resultados que la colocan en situación incluso de estar en los Juegos Olímpicos de París este verano. Para conseguirlo tendrá que conseguir la marca mínima (31 minutos y 30 segundos).

Afronta por primera vez estosretos con la tranquilidad de tener el respaldo económico que le da formar parte del equipo Adidas, con el que ha firmado un contrato profesional. Lo hace desde Gijón, su ciudad y donde se entrena.

Cuando era pequeña sí que había carreras con premios distintos, ahora es impensable

"Lo que ha cambiado para ser profesional es el fichaje por Adidas", explica. La marca internacional tiene uno de los equipos más potentes en atletismo. "En España funciona como un club", explica.

Barreiro estudió Fisioterapia y, acabada la carrera, se ha podido centrar en el atletismo. "Se puede compatibilizar con el trabajo, depende de la disciplina, pero es complicado. No podría estar entrenando ni la mitad de lo que lo hago ahora y así es más difícil conseguir resultados. Ahora mismo, cuando no hay competición, en una semana de carga, tengo entrenamientos mañana y tarde muchos días. Además, el descanso es fundamental, necesito dormir bastante".

La diferencia entre hombres y mujeres en un deporte como el atletismo "no es como en el fútbol. Hace 40 años o así, sí". Ella ha notado mejoras, además de en el apartado salarial, en detalles como el periodo: "Ahora hay más información sobre la regla y te adaptan los entrenamientos".

Otro avance: ya son difíciles de encontar pruebas en las que los premios para hombres y para mujeres sean diferentes: "Cuando era pequeña sí que había carreras con premios distintos, pero ahora es impensable".

Está absolutamente centrada en sus objetivos, que se va a jugar en estos próximos meses. "Este fin de semana es la copa de Europa de cross por clubes en Albufeira (Portugal), el primer objetivo que tengo con el equipo, pero sobre todo estoy preparando la prueba de 10.000 con vistas a ir a los Juegos Olímpicos de París".

Para lograrlo tiene un par de fechas por delante. El 3 de marzo en los campeonatos de España y el 16 de marzo en Laredo (Cantabria).

"Las últimas semanas estoy con confianza, creo que sí que puedo estar ahí".

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