Tercera Federación

"Que nos quiten lo bailado": el fin del sueño del equipo milagro de Asturias

El equipo de Valdés, sin opciones de salvación, volverá a Primera Asturfútbol: "Era lo esperado"

Pelayo lucha por el balón con Rubén Reyes durante un Barcia-Llanera.

Pelayo lucha por el balón con Rubén Reyes durante un Barcia-Llanera. / Miki López

Ha sido efímero, pero al menos ha sido. "Que nos quiten lo bailao (sic)", dice Miguel Cañamero, presidente del Barcia, que ha vivido el ascenso del club desde Segunda Regional a Tercera y que asume con naturalidad el regreso a Primera Asturfútbol a las primeras de cambio (quedan dieciocho puntos por disputarse, exactamente la misma cantidad que separa al Barcia de la zona de salvación). "El descenso era lo esperado -sentencia Cañamero-. Estamos en una liga semiprofesional con jugadores de mucha calidad. Para competir, necesitamos un mínimo de presupuesto del que nosotros no disponemos. Pero el sabor de boca que nos deja la experiencia es muy positivo".

Cañamero lleva veinte años presidiendo el Barcia. Quiere dejar el cargo a final de temporada ("si se presenta alguien a las elecciones, ya van cinco seguidas en las que solo me presento yo"), desgastado tras tanto tiempo al frente del club valdesano. El que seguro que no continuará es el que lleva siendo el entrenador las últimas siete campañas, Pablo López Barbón, que pensaba dejarlo ya el curso pasado ("pero conseguimos el ascenso y no podía no seguir", confiesa). "Necesito desconectar un poco", se justifica López Barbón, para el que el poco acierto en el mercado de verano enterró las pocas opciones del Barcia de ser competitivo en Tercera: "No dimos con la tecla. Con el poco dinero que teníamos, tendríamos que haber acertado de pleno con los fichajes, pero no fue el caso".

El Barcia, localidad pegada a Luarca de apenas 745 habitantes, es, con nueve puntos, colista destacado de la categoría, a quince de penúltimo y antepenúltimo (Gijón Industrial y Luarca). Suma nueve puntos en veintiocho jornadas, con diecinueve goles a favor y cincuenta y nueve en contra, y solo ha ganado un partido (0-2 al Avilés Stadium, en el mes de octubre). Aunque el descenso entraba dentro de lo previsto, los jugadores no se acostumbran a lidiar con las continuas derrotas. "Se hace duro saber que vas a perder. Intentas pelear los primeros 20, 30 minutos, pero luego se te va el fuelle y no puedes hacer nada. Sientes rabia", expone Manuel Ameijide, capitán del equipo.

Ameijide, no obstante, se queda con lo grato ("hemos sufrido, pero ha sido un año guapo") de una experiencia que "no contaba" con vivir en su noveno curso en el Barcia. No obstante, antes de despedirse de Tercera los muchachos de López Barbón tienen un estimulante reto por delante: ganar un partido en su estadio, San Sebastián. Tienen dos oportunidades para lograrlo: contra el Colunga y, en el encuentro que cierra el curso, contra el Sporting Atlético, segundo clasificado. "La idea es darle a nuestra gente la alegría de ganar en casa", asegura López Barbón, más optimista que su presidente, que lo ve "imposible". Sea como fuere, apostilla Cañamero, el Barcia se despedirá "con la cabeza bien alta". Y sin que nadie le quite lo "bailao".

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