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Treinta años después, la rivalidad vuelve a coger impulso: una charla con Eugenio Prieto y Plácido Rodriguez

El expresidente del Sporting defiende su legado: "Dejé al equipo en la UEFA y con la SAD casi acaba en la quiebra". | El exdirigente carbayón prefiere centrarse en el futuro: “Tenemos un entrenador genial que puede enseñar a los jóvenes”

Plácido Rodríguez y Eugenio Prieto, con un bandera de Asturias. | Irma Collín

Treinta años después, los presidentes de la UEFA, Eugenio Prieto y Plácido Rodríguez Guerrero, están tan ilusionados como la mayoría de los oviedistas y sportinguistas. Quizá por aquellos tres años, excelentes en lo deportivo, hay complicidad entre ellos, pero no pueden evitar tirarse chinitas. “Para el Oviedo ganarnos era el 80 por ciento de la temporada”, pincha Plácido. “Ahora apostáis por la cantera porque estáis en llanta”, replica Eugenio, partidario de no mirar atrás y convencido de que el Oviedo está en el buen camino, gracias especialmente al trabajo de Ziganda, al que pone por las nubes. Rodríguez Guerrero sí se recrea en aquel Sporting europeo.

–Plácido Rodríguez: Tengo unos recuerdos inmejorables. Teníamos una apuesta por la cantera importante y también la suerte, entre comillas, de hacer una buenísima temporada 90-91, en la que el Sporting quedó quinto, el Oviedo sexto y los dos nos clasificamos para la UEFA. Fueron momentos probablemente irrepetibles para el fútbol asturiano. No hay punto de comparación con lo que era hace 30 años y lo que es ahora.

–Eugenio Prieto: Yo lo recuerdo con agobio, que ya empezó cuando jugamos en Gijón y Ramos Marcos nos escamoteó un penalti a Bango y tuvimos que esperar a la última jornada. Digo con agobio por el partido contra el Génova aquí. No se tomaban en serio que iban a venir nueve mil aficionados. Fue agradable la clasificación, pero desagradable por temas personales que no vienen al caso. Eso ya es historia y ahora miro al presente y el futuro.

–¿Hubiesen preferido que el rival no se clasificase?

–E. P.: Soy asturiano, cuanto más arriba esté la región, mejor. Siempre tuve un gran respeto por la afición y la directiva del Sporting. El que se dedica a difamar y a poner al rival por los suelos, se equivoca cien por ciento.

–P. R.: A mí lo que me preocupaba era ganar en Valencia y clasificarnos. No pensé ni un minuto en el Oviedo. Siempre tuve una relación magnífica con Eugenio, Cholo y todos los demás. Al final te alegras, pero podemos presumir de que nos clasificamos directos y el Oviedo de rebote.

Plácido Rodríguez y Eugenio Prieto posan en la estación de El Berrón. | Irma Collín

–¿La clasificación conjunta fue casualidad?

–P. R.: En absoluto. El Sporting jugaba un fútbol extraordinario, habíamos firmado dos años antes el contrato profesional de Abelardo, Luis Enrique y Manjarín. Nadie creía que jugadores de la calidad de Iordanov, Nilsson o Luhovy podían venir al Sporting.

–E. P.: Teníamos una idea clara para reforzar el equipo con jugadores de nivel y se acertó.

–¿Se siente reconocido por esa gestión?

–E. P.: Yo no vivo del recuerdo. Ser presidente del club que quiero fue lo más grande que me pudo pasar. Quiero hablar de que tenemos un entrenador genial, que puede enseñar a la gente joven.

–El Oviedo estuvo a punto de eliminar al Génova.

–E.P.: Con el arbitraje de Schmidhuber no había manera. Podíamos estar jugando hasta hoy y no se ganaba.

–P. R.: Nosotros pudimos haber hecho más contra el Steaua. Teníamos que haber ganado en El Molinón y en el partido de vuelta debimos jugar con un poco más de profundidad porque teníamos jugadores de calidad para hacerlo. El Steaua era un equipo eliminable.

–Desde ese momento, los dos equipos fueron cuesta abajo.

–E. P.: No me preocupa eso, me preocupa el ahora. En la historia de un club de 90 años hay momentos altos y bajos. En la última época el aumento de los aficionados fue muy grande, a pesar de estar en Segunda B o Tercera. Llegas al fútbol con las mejores intenciones, luego aciertas o no. Hay gente que cree que está preparadísima y luego no sabe de lo que va el negocio. El fútbol es muy pasional. Hay gente que te señala como enemigo y pasa un año y otro...

–¿Cómo se explica el Sporting tras el 92?

–P. R.: La conversión en sociedad anónima fue muy traumática. Se juntaron diversas fuerzas con el único objetivo de echarme. Aprovecharon nuestra gestión para vender a jugadores a los que habíamos firmado el primer contrato profesional. Con eso cubrían las cuentas, pero se descapitalizó el equipo y llegó un momento en que los resultados no acompañaron. Vienes de jugar la UEFA y seis años más tarde haces el peor récord de la historia de la Liga. Eso quiere decir que los que entraron con la SAD, teóricamente expertos y grandísimos empresarios, estuvieron ahí para figurar y a saber si para alguna cosa más. Por eso el equipo cayó en picado. Y encima, un club que no tenía ninguna deuda en 1992 casi acaba en suspensión de pagos y en quiebra. Esa es la gestión que trajo la sociedad anónima con aquel grupo de constructores, apoyados por el alcalde, Vicente Álvarez Areces.

–¿Y su vuelta en 1999?

–P. R.: Eso fue por hacerle un favor a un amigo, a Vililufo Díaz. Cogimos al equipo el penúltimo de Segunda, se hizo la junta de salvación, como la llamaba Viliulfo, y efectivamente salvó al Sporting. Y cuando lo salvamos, a Germán Ojeda y a mi nos echaron.

–E. P.: Cuando dimití llevaban meses montando un espectáculo del que no merece la pena hablar. No sé quien estuvo detrás, y si lo supiese tampoco lo diría. La gente del Oviedo se portó de maravilla conmigo. Y los demás ya pidieron en su momento disculpas. Hablar de eso ahora es darle protagonismo a una gente que no lo merece. Lo que importa es el club, que sigue ahí, defendiendo los mismos colores, con una afición tremenda. Ha resurgido un sentimiento azul muy grande, sobre todo entre la gente joven.

–¿Optimistas para esta temporada?

–E. P.: La gente quiere jugar la fase de ascenso, subir y después, cuando estemos en Primera, ser campeones. Cada día piden más. Yo estoy hablando de seriedad, de mantener al equipo donde le corresponde.

–El Oviedo tiene el décimo límite salarial. ¿Es su puesto?

–E. P.: Puede ser. Pero de esto habla mejor Plácido, que está estudiado (risas).

–P. R.: Estamos en la pomada del ascenso y veo el ambiente en la ciudad mucho más animado. Había miedo a la marcha de Manu García y Djuka, pero al final los que han venido han hecho olvidar a Manu, lo que quiere decir que el secretario técnico, Javi Rico, está haciéndolo bien. Además ha habido una apuesta clara por la cantera, que es lo que jamás se debería de haber abandonado.

–E. P.: Porque estáis en llanta.

–P. R.: Estamos en llanta y estamos en ascenso.

–E. P.: Lo que me preocupa del fútbol actual es el debate, el ruido que hay alrededor. En quince minutos cambia todo. Temo que todo eso tape a la esencia, al fútbol. Por ejemplo, disfrutar de un jugador que es de casa o que te gusta. Esa presión sobre los jugadores no es buena para el fútbol.

–E. P.: Yo siempre pensé que nuestro máximo rival es el Sporting. Oviedo y Gijón son dos ciudades diferentes, pero estamos entrelazados. Si peleamos entre nosotros cada vez seremos más pequeños. Tengo un gran respeto por el Sporting, que se demuestra con una relación correcta y ganándolos. Y eso es lo que hacíamos. Porque si se gana, media Liga hecha.

–P. R.: Eugenio dice que la mitad de la temporada era ganarnos. Mentira. Era el 80 por ciento como mínimo. Eso para ellos era la final de la Champions. Nosotros no nos preocupábamos tanto del Oviedo como ellos de nosotros. Íbamos a algo más general, competíamos contra otros equipos, queríamos ser mejores que el Madrid y el Barça. El Oviedo solo quería ser mejor que el Sporting. Por eso ellos salían sobremotivados en esos partidos y eran superiores, pero luego siempre quedaban en la clasificación detrás del Sporting. Y en esos tres años que fui presidente, en la Copa jugamos dos veces los cuartos de final y una las semifinales.

–¿Qué opina de Gallego?

–P. R.: Está haciéndolo mucho mejor que el año pasado. Se ha integrado en la ciudad y eso le permite tener mayo confianza. Si tienes un buen ambiente acaba convirtiéndose en mejores resultados. En este segundo año vamos como una moto.

–E. P.: El Sporting tiene un buen equipo, con jugadores que llevan años juntos y juegan de memoria. Acertaron con los fichajes y tienen un técnico que está funcionando. Pero esto cambia en media hora.

–P. R.: El Oviedo también está mejor que el año pasado. Tiene más solvencia como equipo, más seguridad en el campo.

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