Como es habitual, Ziganda reunió a sus hombres sobre el césped. Un círculo para atender a las explicaciones de la sesión, solo que esta vez iba incluido un mensaje motivacional. Delante de sus pupilos, el técnico alabó la actitud de dos futbolistas: Jimmy y Edu Cortina. El primero, sin minutos en el equipo. El segundo, con pie y medio fuera del Oviedo. Y sin embargo, expuso el Cuco, siempre dispuestos, con una sonrisa en el rostro, a ejercitarse en El Requexón. Dos alumnos ejemplares. La mala experiencia con la cantera el año pasado (el paso adelante de efectivos del filial coincidió con el peor Oviedo del lustro y algunos optan por el camino directo de relacionar ambos hechos) ha tenido efectos especialmente nocivos sobre dos pivotes que sujetaron al mejor filial de la historia azul. A Jimmy parece que le toca ahora partir desde el último puesto entre los medios y a Edu buscar la élite por el camino largo, fuera de Oviedo. Dificultades que no son una novedad en sus carreras. Los dos son especialistas en los 110 metros vallas. Viene la anécdota de los dos canteranos a cuento porque creo que justo esa actitud es la que va a necesitar el Oviedo, para la temporada en general y contra el Espanyol en particular. La Segunda es extenuante y el Oviedo es un club histriónico. El tercer portero puede tener un club de fans y a las dos derrotas ser la versión futbolera de Thanos. Vida de extremos. De ahí la importancia de tener los pies en el suelo. La prueba del domingo ante el Espanyol supone, ante todo, una oportunidad. Un escaparate para lucir equipo trabajado. Pero, pase lo que pase, conviene mantener la calma, mirar con perspectiva y abrigarse para una temporada larga. Y si es posible, afrontarlo con una sonrisa. Como Jimmy y Edu.
