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Tres, dos, uno... derbi

El mundo se hunde. Los contagios se disparan. El paro sube. Autónomos y empresas hacen malabares para seguir adelante. El fútbol sigue, sin gente en los estadios. "Show must go on", el espectáculo debe continuar, decía Freddie Mercury en una de las últimas canciones de "Queen". En Asturias, la cuenta atrás para el derbi ya está en marcha.

Tres... son las victorias que el Real Oviedo ha conseguido, en seis partidos contra el Sporting, desde que los dos equipos han vuelto a coincidir en Segunda. Gol por la escuadra de Mossa. El último -y casi único- servicio de Alanís a la causa azul. La cabalgada de costa a costa de Borja, que supuso la resurrección del Oviedo de entre los muertos.

Dos... son los empates, uno de ellos dejando una imagen icónica para el oviedismo, un póster para el recuerdo: Toché mostrando el brazalete de capitán al público de un atestado -qué tiempos- Molinón.

Uno... la polémica derrota en Gijón, con defensas de "metro noventa" cayéndose al suelo en cada choque.

Por eso, con estos antecedentes, un poco de optimismo. El oviedismo, acostumbrado a lo malo, suele ponerse en lo peor. Ziganda tendrá, como buen carbayón, que enfrentarse a las penalidades con estoicismo: Ni Arribas, ni Nieto, ni Borja -salvo cambio de última hora-, tres de sus pilares, estarán disponibles. Pero la distancia real que separa al Oviedo del Sporting es bastante más escasa de lo que marca la clasificación. Los dos son conjuntos seguros atrás y que arriesgan lo justo en ataque. La efectividad marca la diferencia. Y el VAR. Mucho "Tebas vete ya", pero alguno ya es su vicepresidente.

Tres, dos, uno... que el derbi sea al menos un buen espectáculo.

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