Con Manu García exhibiendo el producto “made in Mareo” con la Rojita en la Marbella que un día fue el campo de pruebas de Gil y Gil, el primer gran populista de aquella era de bandoleros con corbata levantada sobre ladrillos y maletines, a Gallego le toca buscar recambio para el muchacho de oro.
El sustituto natural de la última esperanza rojiblanca también es de la casa. Es la hora de Nacho Méndez, en los últimos tiempos más conocido por lo sucedido fuera del campo que por lo que ha demostrado dentro de él. Todo por culpa de lo que ocurrió este verano con su renovación.
Pero ahora que el luanquín se ha asegurado tener el pan y la luz pagada durante bastante tiempo, ya no hay disculpa para que demuestre que se puede hacer con un puesto y que los que han apostado por él tienen buen ojo. Por unas cosas o por otras, Nacho Méndez ha vivido instalado en la irregularidad: a sus buenas tardes le han seguido otras de esconder la cabeza debajo del ala.
Así que se espera cuanto antes un golpe encima de la mesa del que se supone que será el recambio de Manu García si el mediapunta pasa a engrosar el listado de traspasos millonarios. No hay mejor día para hacerlo que este lunes ante el Rayo, uno de los gallitos de la categoría, y ante la necesidad que tiene el Sporting de ganar para demostrar que lo de Anduva solo fue un mal día. La hora del heredero ha llegado.
