En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Huyendo del sufrimiento

El Oviedo no puede con el Amorebieta, mientras que el Sporting necesita volver a ganar

Pablo González

Pablo González

El Oviedo de Carrión se dejó en Lezama dos puntos en su remontada hacia los puestos de privilegio que los azules buscan como el Dorado desde que regresaron a Segunda hace ya un montón de tiempo. Todo se les puso a favor con la expulsión de uno de los jugadores locales, pero los carbayones no tuvieron el día de cara a puerta. Ya se sabe que sin gol, no hay paraíso. Pero el oviedismo está satisfecho por lo que ve. Al menos la propuesta es más alegre que la de la anterior gerencia. Queda por ver si será más efectiva y servirá para alcanzar los objetivos previstos por unos y por otros. Por delante les queda en las próximas semanas la visita del Alcorcón, a estas alturas firme candidato a regresar a Primera Federación, viajar a Zaragoza y recibir al Cartagena. Dos de los tres partidos, de lunes a las nueve de la noche, horario que invita a poco ahora que han llegado el frío y la lluvia.

Mientras, a 28 kilómetros MAR tendrá que buscar soluciones ante la baja de Juan Otero. Tampoco está, ni se le espera, Jeraldino, uno de los jugadores rojiblancos que menos participación están teniendo. Aunque un poco más que el mexicano Jordan Carrillo, la otra gran apuesta de Orlegi, y que ahora está en comisión de servicios en la selección sub-23. Así que el Sporting se presentará en Albacete con la pólvora que le queda, que no es mucha si se repasan les estadísticas goleadoras que acumulan Djuka y Campuzano en los últimos años. No faltará mucho para que se retome el debate sobre la necesidad de reforzar la delantera que quedó pospuesto tras un cierre de mercado que se maquilló con el fichaje de Roque Mesa.

Ahora lo que les toca a los de Ramírez es volver a ganar, que sí, que está muy bien dar buena imagen y dejar excelentes sensaciones, pero mucho mejor es sumar de tres en tres para evitar cualquier susto. Y en eso deberían andar los dos grandes de la madreñina "furgolística", que pasito a pasito se dirigen a la meta volante de la Navidad, donde ya habrá suficientes argumentos para ilusionarse o ir asumiendo que tocará sufrir o, en el menos malo de los casos, aburrirse navegando a través de la nada, ¿oyisti, güey?

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