Opinión

Tiempo de cerezas: la necesidad para el Sporting de ganar tres partidos sin otras distracciones

El club ha entrado en ebullición como si el florecimiento primaveral o el cercano final de la temporada le acelerase la toma de decisiones

Una imagen del partido entre el Sporting y el Andorra

Una imagen del partido entre el Sporting y el Andorra / Marcos León / LNE

Es tiempo de cerezas, una de esas frutas siempre apetecibles que impregna de sabor la primavera y aventura el verano. Pero tiene sus peculiaridades: es el único fruto de hueso que madura en el árbol, es decir, una recolección prematura o inadecuada lo estropearía. Otra es que cuando tiras de uno de sus rabos en un ramillete, nunca sabes con qué te vas a encontrar.

En las últimas semanas, el Sporting ha entrado en ebullición como si el florecimiento primaveral o el cercano final de la temporada le acelerase la toma de decisiones que le distraen de su principal necesidad: situarse en alguna de las plazas de promoción.

En esas peculiaridades se parece el Sporting a las cerezas. Un día tiras de un ramillete y te encuentras con la goleada de cinco tantos al colista de Segunda, cuando una semana antes perdía de forma ignominiosa contra el que por entonces era el último, en El Molinón, por tres goles. No voy a entrar en ese juego de si hubiéramos vencido ahora estaríamos..., porque no resuelve nada. Cinco goles, por cierto, que no marcaba el Sporting en ocho años, como cinco picotas sabrosas.

Tiras de otro ramillete y te encuentras con el inoportuno debate sobre un nuevo entrenador cuando el actual aún debe resolver los encuentros más decisivos de la temporada. Tengo la sensación desde hace un tiempo de que Miguel Ángel Ramírez ha comenzado a soltar amarras, quizás para una singladura con la que vuelva a cruzar el charco. En especial desde la conversación con al patrón Irarragorri para demostrar quién sabía más de fútbol. Incluso se reconocía interés en fichar a Rubén Albés. ¿De verdad que consideran oportuno recolectar ahora a un míster?

Tiras de otro y te sale la lista de jugadores que renovarán, los que presumiblemente se irán y aquellos que en un futuro podrán llegar, cuando los de la actual plantilla son los que tienen que meter las piernas con pasión y valentía para intentar ganar a Leganés, Eibar y Eldense, e intentar alcanzar el play-off. ¿No hay nadie en este club que, aunque sea necesario comenzar a plantearse la renovación del equipo, aplique el sentido común de ponerle sordina a cualquier operación para que los ecos no nos desorienten de lo trascendente?

Tiras de un ramillete más y aparecen las peñas sportinguistas encabronadas con los dueños a días de celebrar el día del club, cuando más unión debería de haber en la santa comunión rojiblanca.

Además, todo esto ocurre cuando tiras de resultados y compruebas semana tras semana que está la clasificación tan apretada que pierdes dos partidos, empatas uno y ganas otro y continúas a un punto de alcanzar la promoción.

La sabia naturaleza, con su inmenso poder de regeneración y supervivencia, siempre nos da lecciones. No es tiempo de distracciones, menos de líos. El único objetivo es subir, después ya se verá lo que sea menester... Las cerezas hay que comerlas a su tiempo, cuando maduren en el árbol.

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