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La recetas del laboratorio de análisis económico de la Universidad de Oviedo

La salida al declive de Asturias está en su área metropolitana, según un estudio

La consolidación del centro regional como urbe ayudaría a frenar la caída de población, a aumentar la productividad y a diversificar la industria

La salida al declive de Asturias está en su área metropolitana, según un estudio

Asturias tiene uno de sus principales motores económicos apagado porque apenas aprovecha las potencialidades del emergente área metropolitana del centro de la región, en la que viven más 800.000 personas. Consolidar e impulsar esa aglomeración urbana ayudaría a superar los principales retos a los que se enfrenta la región: la pérdida y el envejecimiento de la población, el estancamiento de la productividad sobre todo en el sector terciario y la excesiva especialización en la industria tradicional, principalmente la metalúrgica.

El diagnóstico y la receta la aportan Fernando Rubiera Morollón, Santiago Martínez Argüelles y Alberto Gude Redondo, del Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab) del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo. Los tres son los autores de "Asturias: impulso metropolitano para afrontar nuevos desafíos", un estudio que es la aportación asturiana a "Las comunidades autónomas preparadas para crecer", un monográfico sobre los escenarios de postcrisis en España que publicará próximamente "Papeles de economía española".

"En estos momentos, aprovechar la potencialidad del área central asturiana es a lo que mejor podemos agarrarnos", resumió Fernando Rubiera, profesor de Ecomomía Aplicada de la Universidad de Oviedo y coordinador de Regiolab.

La reconversión. El estudio destaca que tras décadas de esfuerzos inversores en infraestructuras y equipamientos la Asturias actual es muy diferente de la que afrontó el ajuste industrial en la década de los años ochenta del pasado siglo. "Hoy Asturias es una región bien comunicada y con equipamientos públicos y privados de primer nivel", señalan los investigadores, que destacan que, por ejemplo, ya no hay limitaciones de suelo industrial. La reconversión de los años ochenta y noventa "no fue una travesía en el desierto" permitió a Asturias entrar en el siglo XXI recuperando posiciones en nivel de producción y, a partir de 2003, avanzar hacia la convergencia respecto a España. "Lamentablemente esta incipiente senda de convergencia se frena de nuevo en 2008, con la llegada de la crisis económica mundial", apunta el estudio.

La crisis. Los investigadores analizaron el impacto de la recesión mundial en Asturias a partir de la evolución del valor añadido bruto per cápita. Desde 2008 a 2014 observaron primero un estancamiento y luego un significativo retroceso en los tres últimos años, consecuencia tanto de la reducción de productividad como del estancamiento de la tasa de ocupación. La evolución del indicador, desagregado en sus componentes, permitió a los investigadores identificar los que consideran los tres retos o problemas específicos de la Asturias actual.

Baja productividad terciaria. Es el primer desafío. En general, Asturias retrocedió en productividad respecto a España desde el inicio de la crisis, pero la industria del Principado partía de cuotas superiores. En la caso de la actividad agraria los niveles ya eran muy inferiores por los tipos de cultivos y explotaciones de la región, pero los investigadores señalan que "es más preocupante, por su relevancia, la también inferior productividad que se observa en todo el terciario, especialmente en los sectores más intensivos en conocimientos y/o creatividad".

Excesiva especialización industrial. El segundo reto a superar. Ahondando en la estructura económica de la región, los autores del estudio destacan que durante el periodo de crisis Asturias ha intensificado su especialización dentro del sector industrial y la ha concentrado en el sector del metal y sus derivados. "Una estrategia industrial prudente parece aconsejar el impulso de políticas de diversificación productiva de la región para atenuar la dependencia que se puede derivar del monocultivo de un sector cuyas claves de localización dependen de elementos y centros de decisión que son exógenos a la región", apuntan los investigadores.

Pérdida de población y envejecimiento. Es el tercer desafío. El mercado de trabajo de Asturias presenta singularidades, como sus menores tasas de empleo y actividad, fruto del duro proceso de reconversión industrial. Durante la crisis la destrucción de empleo en la región no fue tan intensa como en el conjunto de España, pero se mantiene la brecha por la evolución poblacional de Asturias. La caída de habitantes desde 2000 y las previsiones de organismos oficiales hasta 2029 (con un recorte del 8,3%) auguran un descenso de la población mucho más intenso que el de los ámbitos económicos de los que forma parte la región. Asturias está a la cola en España en crecimiento vegetativo (con cifras negativas en los últimos lustros), su tasa de dependencia (porcentaje de población de más de 64 años respecto a la población en edad de trabajar) supera el 35% frente a la media nacional del 26% y además Asturias presenta de forma constante desde el inicio de este siglo la relación más alta de España entre personas de más de 64 años y menores de 16. En el Principado hay dos mayores por cada menor. "La simultaneidad de un envejecimiento con una reducción de población apunta a un futuro económico incierto debido a que: por un lado reduce muy significativamente el potencial de crecimiento económico futuro; y por otro lado el mantenimiento autónomo de un sistema de pensiones basado en un modelo de reparto sería imposible", señalan los investigadores, que además apuntan que "no se debe olvidar que la ausencia de población joven también puede tener efectos negativos sobre la creatividad, la asunción de riesgos y la mejora de cualificación de una sociedad".

La estrategia. Para enfrentarse al profundo problema de pérdida de población y envejecimiento creciente, acabar con el estancamiento de la productividad debido fundamentalmente a los bajos niveles en el sector servicios y diversificar la actividad industrial para superar la excesiva especialización en actividades tradicionales (especialmente metalurgia), los autores del estudio destacan que la estrategia pasa por aprovechar el potencial de las economías de aglomeración, por impulsar el área metropolitana que está emergiendo en el área central de Asturias porque, en primer lugar, "es el activo más valioso y menos aprovechado para impulsar el dinamismo, la creatividad y capacidad de crecimiento de la región". En segundo lugar "porque es el único modo de invertir la tendencia de pérdida de la población", puesto que las grandes urbes facilitan la fluidez de contactos y actividades y generan un dinamismo capaz de atraer habitantes. Y en tercer lugar porque "puede impulsar el crecimiento de la productividad en sectores claves tales como los servicios intensivos en conocimiento, servicios comerciales o industria avanzada".

El impulso metropolitano. Los autores del estudio destacan que el centro de Asturias (un círculo con centro en Oviedo y un radio aproximado de 30 kilómetros) está conformando una realidad urbana particular especialmente compleja . En un espacio reducido se concentran tres ciudades medias (Oviedo, Gijón y Avilés) y varios núcleos poblacionales junto con polígonos industriales y espacios naturales, un área multipolar, multisectorial y supralocal que, considerada en conjunto y con sus más de 814.000 habitantes, ocuparía el séptimo lugar en la jerarquía del sistema urbano español sólo por debajo de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y Málaga. "Sin embargo, este emergente espacio metropolitano, cada vez más real, carece totalmente de reflejo institucional, no existiendo hasta el momento ninguna regulación supralocal sobre la ocupación del espacio y la ordenación del territorio en el centro de la región", apuntan los investigadores, que añaden que el área central crece sin regulación -lo que genera un uso desordenado del espacio, mayor dispersión urbana e importantes disfuncionalidades- y no hay coordinación en muchos servicios públicos que podrían verse beneficiados por una escala mayor si se coordinaran supralocalmente.

El debate político. Fernando Rubiera destaca que "urge impulsar las potencialidades que una metrópoli real en el centro de Asturias puede tener para compensar la pérdida de población" y señala que el estudio invita al debate. "Le corresponde a los políticos establecer prioridades, fijar las directrices para cristalizar ese área y decidir qué tipo de instituciones metropolitanas se precisan, que no debería ser ni un 'Principado bis' ni un organismo que limite a los ayuntamientos", afirmó Rubiera, que advierte: "lo que no se pueden dar son pasos atrás y ahora parece que están en riesgo las líneas de Feve, cuyo aprovechamiento puede ser vital para articular la metrópoli".

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