El presidente del Principado, Javier Fernández, destacó ayer que no aceptará "de modo alguno" que Asturias "pueda formar parte del pelotón de los perdedores" en la financiación autonómica y dejó clara su "rotunda negativa" tanto a la extensión del modelo de concierto vasco como a un acuerdo bilateral entre la Generalitat y el Gobierno de España sobre las condiciones de financiación de Cataluña. "Por ese camino, el régimen común sólo sería el pequeño régimen de las comunidades sin privilegios", señaló Javier Fernández durante su intervención en un desayuno informativo organizado por LA NUEVA ESPAÑA y patrocinado por el Banco Santander.

Ante más de trescientos representantes del mundo político, empresarial y financiero de la región -entre los que destacaban los consejeros de Hacienda y Empleo, Dolores Carcedo e Isaac Pola, y el alcalde de Oviedo, Wenceslao López-, Javier Fernández hiló un discurso sobre la interacción entre las decisiones políticas y la actividad económica en el que abundaron las alusiones a Cataluña y en el que echó nuevas paladas de carbón al debate sobre el cierre de las centrales térmicas.

"Se quejan de que hablo poco de Asturias y mucho de Cataluña, pero es que estoy hablando del Principado y sus recursos, del dinero del que disponemos para hospitales, escuelas y servicios sociales", aclaró Javier Fernández, que afirmó que como presidente del Principado está obligado a tener una posición clara sobre la posibilidad de una extensión del modelo de concierto económico vasco a Cataluña. "¿Soy malpensado si sospecho la posibilidad de que el apaño económico forme parte de las ofertas de solución al conflicto catalán? Sería ingenuo si no lo considerase", afirmó el presidente regional, que añadió que si el modelo de las comunidades forales se extiende "habrá, sin remedio, grandes ganadores y grandes perdedores netos, y no acepto en modo alguno que Asturias pueda formar parte del pelotón de perdedores".

Al tema de la financiación autonómica llegó el presidente regional tras asentar tres ideas: que muy buena parte del capital sí tiene patria, que la política no es omnipotente y que tampoco lo es la economía. Alertó del error que supone pensar que las crisis catalana no pasará factura y destacó los daños evidentes como la fuga de empresas; los daños probables como la caída del crecimiento de la economía española; las tentaciones como la extensión del modelo de concierto, y los daños ocultos, entre los que incluyó el tiempo perdido para debatir la reforma de la financiación autonómica, el Presupuesto estatal o el modelo de transición energética. "Ahí tenemos, cercana, la central térmica de Lada. De repente, como si no hubieran mediado avisos, nos enfrentamos a la descarbonización de la economía sin una planificación coherente para abordar un proceso de enormes repercusiones industriales", señaló Javier Fernández, que destacó que la "clausura anticipada" de centrales como la de Iberdrola en Lada "supondría una nueva reconversión industrial, que en este caso afectaría al polo energético formado por las propias centrales, los empleos directos e indirectos, la logística y el impacto sobre el movimiento portuario". Por eso, afirmó, conviene estar alerta y pronunciarse con rotundidad: "Precipitar el cierre es un error y perjudicaría gravemente a nuestra actividad industrial".