Dimas Gimeno, ya expresidente de El Corte Inglés, se despidió de los empleados mediante una carta que envió minutos antes de que se celebrara la junta en la que resultó destituido. En el escrito asegura que su salida del grupo se debe a "mis denuncias sobre los indicios de irregularidades en algunos departamentos de la compañía". ¿A qué se refería? No lo aclara en la misiva. Según ha transcendido, Gimeno había encargado una auditoría dentro del departamento de seguridad porque sospechaba que se estaban otorgando contratos de forma irregular.

El directivo promete seguir dando la batalla y continuar "luchando por las 100.000 familias que trabajan en esta casa. Sabéis que llevo en la sangre el ADN de El Corte Inglés". Las intenciones son claras y la frase tiene una vuelta de tuerca. Las hermanas Marta y Cristina Álvarez, las que más activamente han promovido este cambio de timonel, son hijas adoptivas del asturiano Isidoro Álvarez, mientras que Dimas Gimeno es sobrino de éste. Y ahondó más en la idea: "Mi intención es y será continuar con el legado de mis antecesores y, muy especialmente, de don Isidoro Álvarez".

La carta continúa asegurando que "Isidoro tenía una idea de su relación con el cliente que consiguió expresar en varios compromisos, entre los que destacó la innovación, el servicio de calidad, y que son, sin duda, el contrato no escrito que nuestra firma tiene sellado con la sociedad a la que servimos".

También defendió la buena salud del grupo de distribución, pese a la deuda que arrastra. "El Corte Inglés tiene 75 años de historia y goza de una salud envidiable, gracias fundamentalmente al esfuerzo y la profesionalidad de todos vosotros (en referencia a los empleados)", escribió para firmar como "vuestro presidente".

Ha transcendido además que Gimeno envió otra carta a su prima Marta Álvarez Guil en la que le reprocha "pensar más en la satisfacción personal con mi cese que en la convivencia de la empresa".