OCDE y FMI recortaron ayer sus previsiones de crecimiento de España para este año y los dos inmediatos (aunque con un avance aún robusto), en un contexto de desaceleración global y que también afecta a Europa. La OCDE, que también recortó su previsión de crecimiento mundial así como para la Eurozona, avisó de un cambio de tendencia global: vienen, dijo, "tiempos más difíciles".

La OCDE, ligeramente más optimista que el FMI, recortó en dos décimas la previsión para España y la situó en el 2,6% este año, 2,2% en 2019 y 1,9% en 2020, mientras que el Fondo Monetario aventura una progresión del 2,5% en 2018 (dos décimas menos que en su último pronóstico) y 2,2% en 2019 (sin cambios) y 1,9% en 2020. Estas perspectivas son muy similares a las recientes de la Comisión Europea (2,6%, 2,2% y 2%) y una décima peores que las del Gobierno para 2019. El FMI recomienda al ejecutivo decisiones fiscales (subir el IVA reducido), reformar las pensiones y abaratar el despido.

Los pronósticos para España siguen siendo más favorables que para el entorno. La OCDE volvió a reducir en una décima el crecimiento europeo (1,9% este año y 1,8% en 2019) y prevé que Alemania y Francia sólo crezcan el 1,6% en ambos años.