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Presidente de la patronal metalúrgica asturiana, Femetal

Guillermo Ulacia: "Recortar producción podría llevar a las plantas al nivel crítico de rentabilidad"

"Defender la industria básica es capital para Asturias"

Guillermo Ulacia.

El recorte de producción de Arcelor-Mittal en Asturias, si fuese permanente (ahora es temporal), podría llevar a las plantas al umbral crítico de rentabilidad, señala Guillermo Ulacia, presidente de la patronal metalúrgica asturiana Femetal y ex director general y ex vicepresidente ejecutivo del sector planos del antiguo grupo siderúrgico Arcelor, antecesor de Arcelor-Mittal. Para Ulacia defender la industria básica es vital para Asturias y Europa.

- ¿Qué relevancia tiene el recorte de producción?

-Es una alerta de la necesidad de defender la industria básica y su competitividad como exigencia para mantener una industria transformadora competitiva en la región. Tenemos que ser conscientes de ello y resolverlo. Y Europa debe tomar consciencia de que sin una base industrial no será posible ni el Estado de Bienestar ni la calidad de vida actual.

- ¿El recorte en Asturias será coyuntural?

-Debe serlo. Si no, sería difícil de explicar. El comercio de derechos de emisiones de CO2 es el mismo en toda la UE. En España el precio de la electricidad sí es ligeramente mayor que en Alemania y Francia por los impuestos, pero no mucho más. La clave es el plan de compensaciones de los costes indirectos de los derechos de CO2 en la factura eléctrica para la industria por 200 millones que gracias a las elecciones ya está en marcha. Con ello empezará armonizarse con Alemania, aunque allí la industria está excluida de pagar en la electricidad que consume la subvenciones a las energías renovables. La gran diferencia con otros países de la UE es que aún no está resuelto el estatuto para la industria electrointensiva. Hay que seguir trabajando en ello.

- ¿Perjudica la caída de la demanda?

-El acero del automóvil está a la baja y hay un efecto sustitución por el aluminio en la industria conservera y de bebidas.

- ¿Y el proteccionismo?

-En el mundo hay una sobrecapacidad de producción de 375 millones de toneladas y hay 275 millones de toneladas que van de unas regiones del mundo a otras. La UE tenía un saldo exportador neto favorable en productos siderúrgicos. Pero cuando Trump impuso el arancel del 25%, gran parte del acero mundial que iba a EE UU se dirigió a Europa, donde hay una demanda débil, pero estable, y que crece el 1% anual. Para proteger su mercado, Arcelor tendría que bajar precios al nivel de los de importación, pero esto le deteriora los márgenes cuando además los costes crecen y cuando los costes ambientales y sociales que tiene que afrontar en la UE son superiores a los de sus competidores extracomunitarios. Esto lleva a deslocalizar producción a otros países.

- ¿Se recorta para reducir oferta e intentar frenar la caída de precios?

-Y es una advertencia a la UE de que la siderurgia europea no podrá sobrevivir si no se iguala los costes ambientales a nivel mundial, bien con aranceles en frontera o bien eximiendo a la siderurgia de los derechos de emisión, dado que no existe tecnología que permita hacer el proceso industrial sin emitir CO2.

- ¿Le sorprendió el recorte en Asturias?

-Arcelor-Mittal lleva tiempo reduciendo capacidad en España. Se cerró Zumárraga y se trasladaron 300.000 toneladas de alambrón a Veriña para sustituir producciones menos rentables; la ACB de Sestao producía 800.00 ó 900.000 toneladas y ha quedado en 300.000 desde 2015. Y ahora se reducen 700.000 toneladas en Asturias. Es lo que haría cualquier gestor y yo mismo para proteger los márgenes y la rentabilidad.

-Pero se compró Ilva, en Tarento (Italia).

-Fue una medida defensiva. Es una buena planta, con 8 millones de toneladas de capacidad, y si se hacen las inversiones ambientales, se podía pasar de los 4 millones de toneladas actuales a 6 millones para desplazar importaciones.

- Bajando la producción en 700.000 toneladas en Asturias, ¿no subirán los costes por unidad de producto?

-Si esta reducción de 700.000 toneladas (15 ó 16%) fuese permanente, aún se podría aguantar, pero en la cabecera no se pueden reducir apenas costes porque no se puede rebajar mucho el número de trabajadores. No hay la flexibilidad que existe en las plantas acabadoras. Por lo tanto tendrán que presionar a la cadena de suministro. Hasta 4 millones de toneladas se pueden aguantar los costes unitarios si no se te disparan los de los derechos de emisión. Pero empieza a ser un nivel crítico. Los 30 millones de toneladas de sobrecapacidad mundial es con las plantas trabajando al 90% de su capacidad. Ahora la mayoría ha bajado al 75% y la rentabilidad empieza a estar comprometida. Mantener volumen en Asturias es crítico para que la actividad de la cabecera siderúrgica se mantenga en el 80 u 85% de su capacidad.

- ¿Cuánto impacta la situación a la industria transformadora asturiana?

-El transformador compite en el mundo con otros fabricantes que utilizan acero a bajo precio, por lo que pueden ser desplazados del mercado. La UE, que tiene pleitos con Trump por su actuación unilateral con los aranceles, quiere cumplir con las normas de la Organización Mundial de Comercio e impone aranceles defensivos no a la totalidad de las importaciones sino sólo a aquel volumen en que se hayan incrementado a resultas de la desviación hacia la UE de los flujos que iban a EE UU y una vez demostrado que hay un daño. Por lo tanto, sigue entrando producto terminado a bajo precio, lo que podría obligar a los transformadores asturianos a comprarles a ellos materia prima barata para poder competir. Pero si con ello lograsen cerrar Veriña, pasarían a imponer el precio que quisieran.

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