Las empresas del sector auxiliar y de montaje "no tienen ninguna capacidad" económica para asumir las reivindicaciones que han planteado los sindicatos y cuyo rechazo por la patronal ha conducido a la convocatoria de cuatro jornadas de huelga (23 y 28 de noviembre y 4 y 5 de diciembre), según la argumentación de Femetal. Su presidente, Guillermo Ulacia, sostiene que aceptar la propuesta sindical encarecería de media los costes laborales el 7,4% anual, "convirtiendo a las empresas en zombis" (sin beneficios ni márgenes para hacer frente al pago de impuestos y costes financieros).
Los más de 4.000 trabajadores de las empresas auxiliares están llamadas a una movilización que puede paralizar la actividad de ArcelorMittal, Azsa, Fertiberia y otros centros fabriles. La negociación partió con los sindicatos pidiendo subidas para tres años en torno al 3% y otras mejoras laborales, y con una oferta de Femetal de una actualización fija del 0,5% y otra variable del 0,5%. Las empresas, explica Ulacia, invocan el clima de dificultad e incertidumbre económica global, que "está afectado seriamente a la metalurgia y la siderurgia", principales clientes del sector auxiliar y de montaje. Tal situación, añade el dirigente, está llevando sobre todo a ArcelorMittal a abordar ajustes de costes que afectan a subcontratas y proveedores.
Las empresas inciden en que el convenio vigente en Asturias ya conlleva los costes por hora más altos del país para sectores análogos y que la jornada laboral (1.730 horas anuales) supone la cuarta menor. También, que las subidas acumuladas desde 2008 superan el 22%,15 punos por encima de la inflación.
El pasado viernes, las partes fracasaron al intentar buscar un acercamiento que evitara la huelga. Los negociadores exploraron la posibilidad de pactar un convenio a un año. UGT, CC OO y USO demandaron una subida del 2,5% (frente al 3,5% que pedían inicialmente para 2019) y Femetal reformuló su propuesta ofreciendo el 1,5% fijo (postergando el componente variable). El diálogo encalló ahí. "Femetal aspira a consolidar todo los beneficios conseguidos: el empleo de calidad y la competitividad de las empresas, y con esa voluntad quiere dialogar; en ningún caso planteamos eliminar beneficios adquiridos", enfatiza Guillermo Ulacia.
