Los petrodólares empiezan a llamar a las puertas de las empresas asturianas, especialmente a la de aquellas que están ávidas de capital para relanzar su actividad tras la dura crisis. El objetivo de estas compañías o fondos de inversión que desde las orillas del calmado mar Pérsico han puesto sus miras en la industria que habita a este lado del bravo Cantábrico es claro, señalan los expertos. Buscan empresas apetecibles; que les permitan abrirse a nuevos mercados y poner un pie en España y, por extensión, Europa; que se dediquen a sectores tradicionales, pero que estén bien armadas tecnológicamente; y cuyo valor se haya devaluado durante la última gran recesión. El dinero para comprar lo tienen, a espuertas. Esas condiciones las van cumplen bastantes compañías de la región o con intereses en el Principado. La última en caer en las redes de los petrodólares ha sido la gijonesa Vauste que acaba de ser adquirida por DSA Group, un grupo de inversor con capital en los Emiratos Árabes Unidos. No es la única.
El desembarco de las compañías de Arabia en Asturias comenzó con Bahrein Mumtalakt Holding Company, un fondo soberano de Baréin que en 2017 adquirió el 49% de Asturiana de Aleaciones (Aleastur), una compañía avilesina de aleaciones para la industria del aluminio. Solo unos pocos meses después, Valtroncs, una compañía de distribución de válvulas industriales que tiene sede en Dubai, se hizo con Talleres Jesús Álvarez, una empresa familiar asentada en La Felguera, de más de 60 años de vida y que está especializada en mecanizados, fabrica principalmente componentes de aerogeneradores y válvulas para la industria petroquímica y los gaseoductos.
Más recientemente, ha transcendido que una compañía francesa pero controlada por un grupo qatarí, Groupe Français d´Informatique (GFI) está en la puja para hacerse con el negocio informático del grupo de distribución de El Corte Inglés, que cuenta con 200 empleados en Asturias y centros de trabajo en Oviedo y en Blimea. No es la única. También un fondo de capital riesgo estadounidense ha presentado oferta. A sumar, otro fondo soberano de Emiratos Árabes Unidos ha mostrado también interés para hacerse con el negocio de elevadores de la compañía alemana Thyssenkrupp, con dos fábricas en Mieres y un centro de innovación en Gijón.
La actitud de estos inversores que están llegando desde el golfo Pérsico suele tener como objetivo prioritario relanzar la actividad de las compañías que adquieren. Cuidan sus inversiones. Es el caso de DSA Group que ha anunciado un ambicioso plan inversor en Vauste. Incluso, un portavoz del comité de empresa, César González, calificó de "bueno" el trabajo realizado por el fondo de inversión industrial alemán Quantum Capital Partners para conseguir este nuevo inversor que asegura se "adecua a sus pretensiones".
¿Por qué los petrodólares salen del Pérsico? El catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Oviedo, Esteban García Canal, señala que "cada vez es más frecuente que empresas de países emergentes adquieran compañías en países desarrollados. Estas operaciones normalmente responden a la confluencia de varios factores: primero, que hay muchas empresas en los países desarrollados que están en una situación de 'impasse' por varios motivos y no hay muchos candidatos para comprarlas; segundo, que en los países emergentes hay empresas o fondos (privados o soberanos) con capital suficiente para afrontar la adquisición; y, tercero, la operación les permite el acceso a un nuevo país o sector, recursos naturales o, simplemente, a tecnología superior a la que ellos tienen". Aunque alerta: "Cuando el inversor es un fondo la operación puede tener un componente más financiero o especulativo buscando oportunidades atractivas de inversión o diversificación".
