Central Lechera Asturiana emprende una nueva etapa en sus 53 años de historia tras haber revalidado el sector mayoritario el dominio al 100% de la junta rectora y la comisión de control, y con la designación de un nuevo presidente (Alberto Álvarez, 43 años, el más joven de los tres que ha tenido la sociedad) con el mayor apoyo electoral (97,82%) desde la penúltima reelección (hace dos décadas) del fallecido Jesús Sáenz de Miera. Desde aquellas elecciones nunca había vuelto a haber un único candidato a la presidencia.
El siguiente paso de la junta rectora, una vez renovada al 50% la semana pasada, será la designación en los próximos días de sus vicepresidente y secretario así como la comisión de gestión, el órgano que lleva el día a día de la sociedad y que está integrada por el presidente, el vicepresidente, el secretario y un vocal de la junta rectora.
La composición no parece que vaya a deparar grandes cambios (salvo sorpresa de última hora) y todo apunta a que estará marcada por la continuidad. En la base social de Clas y en medios de la sociedad se da por seguro que, en virtud de los contactos y entendimientos habidos en los últimos meses, José Ramón Badiola repetirá como vicepresidente y que el puesto de secretario -que desde 2017 ocupaba Alberto Álvarez- pasará a desempeñarlo el hasta ahora vocal Javier Marcos, todos los cuales fueron reelegidos como miembros de la rectora. Para cubrir el puesto vacante por el fin de mandato de Bertino Velasco, tras doce años improrrogables como presidente, se apunta a Guillermo Castaño, quien también acaba de ser reelegido como miembro de la junta rectora y pasaría así a ser vocal de la comisión de gestión.
De los seis candidatos que aspiraron a cubrir las cinco vacantes que se produjeron en la rectora por finalización de mandatos (cuatro por los socios activos y uno por los pasivos), lograron plaza los cinco aspirantes procedentes del sector oficial. Tres de ellos ya eran miembros en la rectora en el anterior mandato. Se incorporan por vez primera uno por los socios activos y otro por los pasivos. El único candidato procedente de otra tendencia diferente (Jesús Álvarez, de la Tercera Vía) obtuvo 33 votos (13 de su grupo y otros 20 adicionales, procedentes en su mayor parte del sector oficial), que, aunque equivalentes al 35% de los 93 compromisarios de la asamblea, fueron insuficientes para que entrase en la rectora.
El fuerte apoyo logrado por Álvarez responde a la distensión que se ha ido produciendo en la sociedad en los últimos años del mandato de Velasco tras las fuertes tensiones habidas en su primera etapa, así como al perfil personal del candidato y a la expresión de margen de confianza de gran parte de las dos tendencias de oposición al nuevo dirigente. Frente al 97,82% de respaldo que obtuvo Alberto Álvarez, Bertino Velasco fue elegido en 2007 con el 50% y reelegido en 2013 con el 46,36%.
Alberto Álvarez logró el respaldo de 90 de los 92 compromisarios asistentes, dado que hubo una ausencia (perteneciente al sector oficial) entre los 93 miembros que integran la asamblea. A Álvarez lo apoyaron el sector oficial de forma casi unánime, los 13 de la Tercera Vía y varios del sector crítico. Hubo dos votos en blanco, uno de ellos al menos del sector oficial.
El nuevo presidente logró un apoyo específico a su persona, dado que obtuvo entre el 32,2% y el 60,7% más de respaldo que los vocales elegidos. Con esa fortaleza de origen dirigirá una sociedad con dos sensibilidades dentro del sector oficial y de la junta rectora, y otros dos grupos de socios (Tercera Vía y Críticos) presentes en la asamblea pero no en los órganos de dirección.
