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Fracasa el intento de salvar la acería de Gijón y la plantilla convoca paros

Bronca entre Arcelor y CC OO y la CSI, que lideran las protestas | Mittal arrancará en enero el horno de Gante y amenaza al de Veriña

La asamblea de trabajadores de Arcelor ayer por la mañana frente a la acería.

Fracaso mayúsculo. La reunión entre la dirección de ArcelorMittal y los sindicatos para tratar de salvar la acería de Gijón y, consecuentemente, el resto de talleres de largos de la región (carril y alambrón) acabó sin acuerdo, con las posturas a años luz; con la siderúrgica amenazando con el cierre de esta instalación si no se acepta su plan de recortes; y con la plantilla acordando ir a paros de forma indefinida, a partir del viernes de la semana que viene. Serán unas movilizaciones que se acordaron tras una asamblea convocada por CC OO y la CSI. La presión es máxima. La dirección en Asturias pretendía un acuerdo rápido, y que incluyera un recorte de 23 empleos –mediante amortizaciones y cambios a otros talleres–, y había asegurado que la de este miércoles era la fecha límite para intentar llegar a un acuerdo. No será así.

Unos minutos ante del inicio de la reunión, cientos de trabajadores de la acería –se trata de una instalación en la que trabajan unas 300 personas– votaron poner en marcha movilizaciones de forma indefinida en un intento de forzar a la compañía a que diera marcha atrás con los ajustes. Pero, durante el encuentro la siderúrgica no se movió ni un solo milímetro en su postura inicial. “Parecía que estábamos ante un fiscal, hubo acusaciones que rozaron lo personal. Para ellos no hay otra salida que no sea el recorte del personal”, aseguró el portavoz de CC OO, José Manuel Castro. La bronca fue enorme.

Por si fuera poco, la multinacional acaba de anunciar que en enero tiene previsto volver a arrancar el horno alto que tenía parado en Gante (Bélgica) y, cuyas reparaciones, habían propiciado, hace ya unas cuantas semanas, la puesta en marcha del de Gijón. El gijonés había absorbido durante estas últimas semanas la producción que Arcelor había dejado de realizar en sus instalaciones belgas. Desde un principio, la dirección de la siderúrgica había recalcado que el arranque del horno gijonés iba a ser provisional hasta que acabaran las reparaciones que se estaban realizando en Gante. No obstante, los sindicatos defenderán que el horno de Veriña continúe en funcionamiento más allá de enero.

Exigencias

La asamblea de trabajadores de la acería votó un documento en el que pedía a Arcelor retirar el ajuste en la planta y presentar un plan para los talleres de largos a largo plazo.Desconocido

Paros

Visto el inmovilismo de la compañía, los trabajadores convocaron unas movilizaciones de carácter indefinido que comenzará el próximo viernes. Serán paros de dos horas antes de cada turno de trabajo.Desconocido

La empresa

Arcelor insiste en que la única alternativa viable para poder salvar la acería de Gijón es la de recortar 23 empleos. Un ajuste que se realizaría mediante amortizaciones y recolocaciones.

Sobre la reunión para intentar pactar un ajuste en la acería, los sindicatos estuvieron completamente polarizados. Con CC OO y la CSI, por un lado, y UGT y USO, por el otro. Los primeros criticaron el inmovilismo de la compañía y la falta de imaginación y de visión a largo plazo, como defendió Castro, para buscar otras soluciones a la acería. “Esto no es más que un parche, vendrán más ajustes”, aseguró. “No nos presentan nada que sea nuevo y tampoco cejan en sus pretensiones de recortar empleo”, criticó Manuel Pulgar, de la CSI.

Mientras, que, al otro lado, UGT y USO no tiran la toalla y aseguran que el acuerdo no es insalvable. Eso, pese a que no hay reuniones previstas a la vista. “Nosotros queremos negociar hasta el último minuto”, señaló Segismundo Lorenzana, de USO. Por su parte, los ugetistas tienen previsto celebrar hoy una asamblea para fijar su posición. “Apelamos a que siga habiendo diálogo”, señaló José Manuel García, de UGT.

Lío en Italia

A la siderúrgica se le acumulan los problemas. La negociación con el Gobierno italiano para que la multinacional tome definitivamente el control y, consecuentemente, realice jugosas inversiones en la gigantesca planta de Ilva (en Tarento, al sur del país) lleva camino de enquistarse y de saltar por los aires. Tanto que ya se especula con que Mittal podría deshacerse de la participación que había adquirido en aquella planta a cambio de 400 millones que le abonaría el estado transalpino. La fecha límite para llegar a un acuerdo es el 30 de noviembre.

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