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Daniel Suárez | Fundador de Zapiens

“Antes Europa financiaba vacas, ahora portátiles para vaqueiros digitales”

“La digitalización bien entendida no es usar la aplicación de moda, es tener a trabajadores pensando en lugar de haciendo tareas repetitivas”

Daniel Suárez.

Los fondos europeos de reestructuración tienen, entre otros, dos objetivos claves: ayudar a repoblar zonas rurales y dar un impulso a la tecnología “made in Europe”. En Asturias hay una empresa que ya ha tomado ventaja en esos deberes que pone Bruselas. Se trata de Zapiens, una firma tecnológica que ha creado un sistema para que las compañías puedan compartir conocimiento de forma ágil y que ha buscado acomodo en Somiedo. Daniel Suárez, fundador de Zapiens, presume de que el concejo está empezando a ganar población, y de que su compañía ha tenido mucho que ver. Ahora, Suárez está creando allí un espacio de trabajo compartido (“coworking”) para acoger a emprendedores que ayuden a seguir repoblando el municipio. Zapiens ya tiene experiencia con el manejo de fondos europeos, similares a esos con los que Bruselas ha prometido que va a regar a empresas y emprendedores para que la economía florezca tras la crisis.

–Han conseguido captar fondos del llamado programa H2020 para la innovación, ¿cómo está siendo la experiencia?

–Es un proyecto europeo, que es como estar en la Champions League de la innovación, y a nosotros Bruselas nos da casi 1,6 millones a fondo perdido. Eso fue lo que nos permitió este año fichar a un montón de gente para mejorar el producto y la tecnología. Al final, lo que está haciendo Europa es apoyar empresas tecnológicas de aquí para poder desarrollar la tecnología y que no venga de Estados Unidos. En nuestro caso es un proyecto de innovación a dos años y tiene el objetivo de hacer a nuestro robot más listo, conseguir que nuestra plataforma se pueda contratar directamente por internet, que sea automática, patentar el sistema... Un montón de trabajo.

–¿Fue complicado conseguir el dinero?

–Lleva mucho trabajo y es supercompetitivo. Tienes que llegar a una puntuación de catorce –según una baremación realizada por la UE–, y lo sacamos a la quinta porque siempre nos quedábamos a unas décimas. Era como unas oposiciones, que no sacabas la plaza. Por encima de 12 ya te dan un certificado de excelencia que te sirve para temas relacionados con la innovación, pero solo se lo dan a cien por convocatoria e íbamos 6.000. Pero bueno, al final lo sacamos.

–¿Mucha burocracia?

–Muchísima. Pero es normal. Al final te van a dar 1,6 millones de euros del contribuyente. Todos los meses tenemos que justificar los gastos, tenemos papeleo, auditorías... Tenemos solo dos personas contratadas para gestionar toda la burocracia.

"Tenemos solo dos personas contratadas para gestionar toda la burocracia"

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–¿Qué le parece esta apuesta que va a hacer Europa por impulsar la tecnología?

–El otro día estaba con un amigo aquí en Somiedo y le decía que esto va a ser como la PAC (la Política Agraria Común). Antes Europa financiaba vacas y ahora va a financiar portátiles. Yo siempre digo que soy un vaqueiro digital porque estoy en un sitio en el que hay 8.000 vacas financiadas por la PAC. Ahora el vaqueiro digital también estará financiado.

–¿Y cómo ve a las empresas asturianas de capacitadas para captar esas ayudas?

–Hay mogollón de talento. Proyectos hay, y si ahora encima va a haber dinero en el mercado, pues genial.

–La cuestión será gestionar bien el dinero...

–Como decía mi madre, este es un tema de consciencia y conciencia. Consciencia es darte cuenta y conciencia es tener en cuenta al otro. Hacen falta las dos cosas porque, al final, es dinero que sale del bolsillo de los contribuyentes, por lo que los que lo recibamos tenemos una obligación moral de hacer el trabajo lo mejor que podamos porque es un dinero que me dejó el vecino. Lo bueno de que se apliquen ayudas en el sector digital es que van a personas directamente. No entiendo ayudas para crear edificios que luego quedan vacíos. Ahora cualquiera con un portátil puede trabajar, lo que necesita es tiempo para poder desarrollar el proyecto.

–¿Cómo de digital es Asturias?

–Estamos como la media nacional. No veo diferencia con Madrid o Barcelona, que son los sitios que más conozco. La digitalización bien entendida no es usar la aplicación de moda. Lo que hay que hacer es automatizar procesos, ahorrar tiempos y tener a gente pensando en lugar de hacer tareas repetitivas.

–Ha creado el término “econología”. ¿En qué consiste?

–No es más que juntar dos palabras: economía y ecología. Eco viene del griego y significa casa, y nomía es la gestión, por lo que básicamente economía es la gestión de la casa, mientras que ecología es casa más conocimiento. No se puede gestionar una casa que no conozcas y la primera casa que tienes es tu cuerpo y luego el planeta Tierra. No se puede ser un economista sin ser ecologista. Vincular los dos conceptos es fundamental. En un mundo ideal lo primero que haces es cuidar tu casa, sales a correr, haces yoga, deporte... Pero vivimos en una sociedad en la que lo primero que hace la gente por la mañana es revisar el Whatsapp del trabajo. El orden importa. El sentido de haberme ido a vivir a Somiedo es que me permite ser mejor econologista. Desde aquí gestiono mejor mis casas.

"No se puede ser un economista sin ser ecologista. Vincular los dos conceptos es fundamental"

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–Está preparando una escuela sobre la econología. ¿Cómo es?

–Estoy montando una escuela de econología aquí, en Somiedo. Consistiría en dar clases a emprendedores, hacer una pequeña incubadora, con una filosofía más orgánica, más rural, más sostenible... Que haya empresas que hagan de tractoras es importante, pero también lo es el supermercado del pueblo, la empresa de transportes... El objetivo es que se venga a emprender gente al medio rural, pero de otra manera.

–¿Está creciendo el emprendimiento rural?

–Esta es la primera vez que Somiedo gana población. Me vine yo, la directora de marketing de Zapiens, la chica del supermercado con su marido y sus tres hijos. En 1980 éramos 250 guajes en el cole y dos osos, y hoy quedan 38 críos en el colegio y hay cien osos. Soy consciente de que esta no es la realidad, pero aquí estamos montando un polo. Yo ya puedo vivir en Somiedo feliz porque tengo un grupo de diez personas con las que los jueves veo documentales, los viernes tomamos una sidra y el domingo hacemos charlas de filosofía. Tengo lo mejor de la ciudad en el pueblo. Ayer acabamos de trabajar por la mañana y al mediodía nos fuimos a escalar antes de volver a currar por la tarde.

–¿Tiene posibilidades Asturias de atraer teletrabajadores?

–Nosotros somos 45 en Zapiens y teletrabajamos todos. No noto ninguna diferencia. Es más, no pienso pisar una oficina en mi vida. Lo están haciendo los de Canarias, que están llevando nómadas digitales de todo el mundo. Hay miles ya. Atraen porque hay actividad, comunidad y espacios.

"Nosotros somos 45 en Zapiens y teletrabajamos todos. No noto ninguna diferencia. Es más, no pienso pisar una oficina en mi vida"

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–¿Tienen problemas de cobertura?

–Aquí somos unos privilegiados. Tenemos fibra en el colegio con Telecable y EDP, y ahora en la Pola hay un proyecto europeo para que haya wifi gratis. En Caunedo, que es donde estoy trabajando, tenemos 4G.

–¿Los fondos van a servir para salir de la crisis económica?

–Eso va a depender de las personas. Los fondos van a llegar a proyectos y personas, y nos darán una oportunidad. A partir de ahí ya depende de nosotros. Lo que no podemos esperar es que el dinero por sí solo nos saque de ninguna crisis. El dinero no hace nada, es solo un medio, no un fin.

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