Muy caldeados y con ganas de subir el tono de las protestas. Así estaban ayer los ánimos de los más de 300 trabajadores de la acería de Gijón de ArcelorMittal que, desde el jueves por la tarde, están suspendidos de sueldo –y sin derecho al paro– después de que la multinacional decretara el cierre patronal del taller para “protegerlo”, argumentó, de la huelga –en protesta por la amortización de 23 empleos– que habían convocado CC OO y la CSI y que había conseguido paralizar durante tres horas esta instalación. Los sindicatos aseguraron ayer que tuvieron que frenar a los empleados de la acería, partidarios de incrementar la presión para intentar que la empresa diera marcha atrás.

El cierre patronal comenzará a tocar mañana, aguas abajo, a más talleres. Si la situación no se reconduce antes, el tren de carril sacará adelante esta noche su última producción y mañana, domingo, los casi 270 empleados de esta instalación pasarán directamente a engrosar las listas del ERTE (algunos seguirán en el taller haciendo tareas de mantenimiento) que tiene en marcha la multinacional y que la Audiencia Nacional ha “anulado” esta misma semana. Todo un galimatías.

Mientras algunos sindicatos trataban de contener el encendido ánimo de los trabajadores de la acería, todas las fuerzas sindicales anunciaban su intención de no volver a sentarse a negociar con la empresa hasta que no se levante este cierre patronal. No obstante, el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec) intermedió y reunirá esta mañana a los representantes sindicales y a la empresa en una mesa de negociación para intentar desatascar el conflicto. La chispa que ha encendido la mecha ha sido el plan de la siderúrgica de amortizar 23 empleos en la acería gijonesa para intentar salvar la división de largos. Las negociaciones fueron, poco a poco, enquistándose hasta desembocar en esta disputa tan enconada y con las posturas tan enfrentadas.

Así, la primera jornada de cierre patronal de la acería gijonesa amaneció con el comité de empresa de Veriña (Gijón) denunciando ante la Inspección de Trabajo la decisión de la multinacional de clausurar el taller porque entienden que es a todas luces “ilegal” y que “atenta contra los derechos fundamentales de los trabajadores”, según recogieron en un escueto comunicado. Y prosiguió con una asamblea de los trabajadores de la acería en la que decidieron incrementar el tono de sus protestas. Comenzaron por impedir el paso de los camiones en Sotiello, uno de los accesos a las instalaciones gijonesas de la siderúrgica, durante varias horas y acordaron repetir las protestas durante los próximos días. “Tuvimos que echarles el freno porque querían cortar todos los accesos, pero eso ya eran palabras mayores”, señala el portavoz de CC OO, José Manuel Castro. Mientras que Manuel Ángel Pulgar, de la CSI –el otro sindicato que convocó los paros–, señaló que “la gente está muy enfadada porque ve que esto es un atropello, hemos tenido que frenarlos porque querían que las protestas fueran a más”.

Tuvimos que echar el freno a los trabajadores, querían que las protestas fueran a más

Delante de la entrada a la factoría por Sotiello, Damián Manzano, secretario general de la Federación de Industria de CC OO, aseguró que el cierre patronal es tan “ilegal como el ERTE que le acaba de tumbar a la compañía la Audiencia Nacional”, y reprochó que es una medida que va en contra del derecho de los trabajadores a hacer una huelga que está siendo secundada de forma mayoritaria. Mientras que el secretario general de Comisiones, José Manuel Zapico, pidió al Principado que tomara de forma urgente cartas en el asunto.

Llamamiento del Principado al diálogo para evitar “un daño gravísimo”

El Gobierno del Principado hizo un llamamiento al diálogo entre los sindicatos y la dirección de ArcelorMittal para tratar de llegar a un acuerdo que acabe con el conflicto en la acería de Gijón y evitar, dijo, “un daño económico y laboral gravísimo”. Las valoraciones las realizó la portavoz del Ejecutivo regional, Melania Álvarez, después de que Arcelor decretara el jueves el cierre patronal de la acería de Gijón para proteger la valiosa maquinaria de este taller de los posibles daños que pudiera ocasionarle la huelga convocada por CC OO y CSI y que estaba teniendo un respaldo masivo.

Melania Álvarez hizo un llamamiento a “agotar las vías del diálogo” y admitió que el Gobierno asturiano estaba preocupado por la situación de la siderúrgica y por la evolución de este conflicto laboral que lleva semanas gestándose y que acabó por explotar. Con este complicado escenario, el Principado pidió a ambas partes –a los sindicatos y a la multinacional– un “esfuerzo adicional para retomar el diálogo y evitar unas consecuencias negativas que nadie desea y que serían de una trascendencia más que importante para Asturias”. E insistió que teniendo en cuenta las amenazas que se ciernen sobre el sector siderúrgico sería esencial “agotar todas las vías de diálogo y poner por encima los intereses colectivos”.

Por su parte, UGT también criticó la actitud de la compañía siderúrgica, pese a no haber convocado los paros, y aseguró que el cierre patronal “estaba injustificado” y “fuera de lugar”. El secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Afines (FICA) de los ugetistas, Jenaro Martínez, mostró su disposición a llegar a un acuerdo y seguir negociando, pero exigió a la multinacional que antes levantara el cierre patronal de la acería. Es más, aseguró que la actitud de la siderúrgica está poniendo en riesgo a todo el sector de largos. “Lucharemos para que se retire”, prometió. Mientras que José Manuel García, secretario general de UGT en ArcelorMittal Gijón, apuntó que la huelga convocada por CC OO y CSI no tenía por qué afectar a la seguridad de la factoría, como alega Arcelor.

Segismundo Lorenzana, de USO, abogó también por retomar el diálogo para revertir la situación.