La dirección Imasa y los representantes de los trabajadores iniciarán hoy de manera efectiva las conversaciones sobre los recortes laborales que ha planteado el grupo asturiano de ingeniería: un expediente de regulación de empleo (ERE) con hasta 110 despidos (12,8% del total) y un expediente de regulación temporal (ERTE) que afectaría al resto de plantilla durante 2021. Presumiblemente, Imasa desvelará hoy detalles sobre las condiciones del ajuste en un encuentro en el que los sindicatos incidirán en la necesidad de que no se apliquen medidas traumáticas y en que la empresa se dote de una hoja de ruta que le dé estabilidad.
“Imasa necesita un plan industrial que garantice su futuro”, remarcó Manuel Pérez Uría, secretario de Acción Sindical de la Federación de Industria de CC OO. Los sindicatos continuaban analizando ayer la documentación económica en la que Imasa apoya su propuesta de recortes, anclada en la caída de la contratación por la crisis del covid-19 y en la expectativa de que los sectores industriales para los que trabaja no recuperarán los niveles de inversión normales durante 2021.
La plantilla de Imasa está formada por 857 personas en las distintas unidades de negocio. En principio, la compañía se inclina por un recorte más intenso en sus servicios técnicos y administrativo y de menor hondura en las áreas de montaje y fabricación de equipos. José Ramón Calleja, dirigente de UGT, verbalizó otra de las exigencias sindicales: “No aceptaremos medidas traumáticas”. Imasa ha anunciado por ahora un plan para favorecer la recolocación en otras empresas de los trabajadores afectados por despidos.
