La pandemia ha asestado un durísimo golpe laboral a los jóvenes asturianos. El Servicio Público de Empleo (SEPE) le puso ayer cifras. De marzo de 2020 –el mes en el que comenzaron las restricciones para intentar frenar al virus– hasta el mismo mes de este año, el número de parados de menos de 25 años se disparó casi un 30% en la región. Por encima de esa edad, el desempleo aumentó muchísimo menos, un 7,9%. Al cierre del pasado mes había 6.800 asturianos de menos de 25 años apuntados a una oficina de empleo solicitando un trabajo que no aparece. Son 1.564 más de los que había hace justo un año. Y eso que el mes pasado el número de desempleados bajó en Asturias pese a los malos augurios del Gobierno central, que había advertido que las cifras iban a ser malas.
El Principado restó en marzo 1.064 personas de las listas de desempleo y cerró el primer trimestre del año con 84.717 parados. El alivio laboral fue posible gracias a que la marejada de la tercera ola de contagiados remitió, lo que permitió levantar muchas medidas restrictivas –como el cierre del interior de la hostelería en algunos de los grandes concejos– para intentar parar los contagios.
Aunque de un mes para otro se restaron 1.064 desempleados de las listas, solamente 87 de ellos tenían menos de 25 años, lo que pone de manifiesto las dificultades que tiene este colectivo para incorporarse al mercado laboral en un mes que, a tenor de las cifras, podría considerarse como positivo. Además hay que tener en cuenta que Asturias tiene la tasa de inactividad juvenil más alta de España, del 60,7%. Todos estos datos ponen de manifiesto que el mercado laboral de la región está prácticamente cerrado para los jóvenes asturianos. Y otra cifra más que explica el golpe laboral sobre los jóvenes asturianos. El colectivo denominado como “sin empleo anterior”, formado mayoritariamente por recién titulados que intentan abrirse un hueco por primera vez en el mercado laboral, registró un nuevo aumento del paro. Lo hizo en 106 personas durante marzo, y en el último año el incremento fue del 29,81%. Fue el único de los “sectores” –está incluido en la estadística junto a la agricultura, la industria, la construcción y los servicios– en los que el desempleo creció en marzo.
El paro en Asturias en marzo
Evolución del número de desempleados
Trabajadores en ERTE
85.781
18.937
17.993
83.860
83.793
82.070
15.087
14.318
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84.717
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77.633
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Ago.
Sep.
Oct.
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Dic.
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Mar.
El paro por comunidades
Variación en porcentaje
Mensual
Interanual
Baleares
Canarias
Madrid
Cataluña
Aragón
Navarra
Murcia
C. y León
C. Valenciana
La Rioja
Asturias
Cantabria
Andalucía
Galicia
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-1,88
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May.
Jun.
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Sep.
Ago.
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Dic.
23,29
2020
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21,41
21,31
Afiliación a la Seguridad Social
18,49
Afiliados medios, en miles
España
13,71
11,31
363,7
13,20
362,1
360,5
360,4
12,02
360,2
359,5
Peor que
la media
359,0
357,8
11,31
356,5
356,0
11,09
353,2
9,38
350,9
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5,77
4,22
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El paro en Asturias en marzo
Evolución del número de desempleados
85.781
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Afiliación a la Seguridad Social
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Trabajadores en ERTE
18.937
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El paro por comunidades
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-1,88
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la media
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El paro en Asturias en marzo
Evolución del número de desempleados
Trabajadores en ERTE
85.781
18.937
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83.860
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82.070
15.087
14.318
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84.717
80.990
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El paro por comunidades
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-1,88
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Afiliación a la Seguridad Social
18,49
Afiliados medios, en miles
España
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Peor que
la media
359,0
357,8
11,31
356,5
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11,09
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Sobre los datos generales del paro, el Principado puso el acento en que el empleo está mejorando con fuerza en la región. Y se basa en dos datos para sacar pecho. Por un lado, marzo fue el primer mes de los últimos siete con un descenso del paro. Y, por el otro, que en la región se firmaron 20.415 contratos laborales en solo un mes. Son 658 diarios. “Destaca especialmente la mejora del empleo indefinido, con 2.769 contratos fijos en marzo, el segundo mejor dato para este mes desde 2009”, señaló la directora regional de Empleo, Pilar Valera. Estos aires de mejoría llegaron incluso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). En marzo, 3.649 asturianos dejaron de estar regulados. Esa es la cara buena de la moneda, la mala es que aún hay 14.344 personas en ERTE. En el conjunto del país, el paro bajó en 59.149 personas y el número de desocupados descendió del escalón de los cuatro millones. Cerró el mes en 3.949.640 desempleados.
Varela resaltó que el Principado ha aprobado un presupuesto de 105 millones para políticas de empleo en las que se incluyen medidas específicas para jóvenes como un programa para que 250 personas que hayan acabado ahora sus estudios pueden ser contratados por un Ayuntamiento asturiano para realizar sus prácticas. El director general de la patronal FADE, Alberto González, dijo que pese a los buenos datos de marzo es “preocupante” la evolución interanual del paro, con 7.266 parados más. “Estamos lejos de poner fin a la crisis”, destacó. Mar Celemín, secretaria de política sindical de UGT, pidió actuaciones específicas para paliar el amplio desempleo juvenil. Mientras que Úrsula Szalata, responsable de Empleo de CC OO, aseguró que “el número de parados menores de 25 años es muy alarmante”.
El desajuste entre formación y demanda empresarial bloquea el paso a la juventud
El diagnóstico es claro. “En épocas de recesión las contrataciones se congelan y la puerta al mercado laboral queda cerrada. Aquellos que tienen un contrato temporal son los primeros en perder su empleo”. Lo afirma el economista asturiano Florentino Felgueroso, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), a la pregunta sobre por qué el desempleo se ha cebado con los jóvenes desde que comenzó la pandemia. Otro detalle importante es que “hay un desajuste entre oferta y demanda. Entre lo que estudian los jóvenes y lo que demanda el mercado laboral”. Una vez obtenido el diagnóstico conviene también saber las consecuencias. El cerrojazo del mercado laboral obliga a los jóvenes a emigrar. “Eso hace que los hijos de los asturianos nazcan fuera y acaben pagándole las pensiones a ingleses o franceses. Por eso es importante mimar a los jóvenes”, asegura Felgueroso. Joaquín Lorences, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Oviedo, coincide en el análisis y propone ir formando a los jóvenes en las profesiones del futuro, como todas aquellas que van a estar ligadas a la descarbonización de la economía. “En unos 12 o 18 meses harán falta profesionales que diseñen, fabriquen y mantengan instalaciones de autoconsumo eléctrico. Hay que ponerse a diseñar ya los currículos de la FP o la Universidad para que los jóvenes puedan tener esas salidas”, propone. Pero, cuidado, esas salidas son a medio plazo. A corto, Lorences asegura que sería necesario fomentar el autoempleo entre los jóvenes facilitándoles el acceso a la financiación. Para conseguirlo, argumenta, sería preciso reformar la ley de subvenciones regional, para que el Estado pueda actuar de garante de estos negocios, y reforzar al Idepa y a Asturgar. “Es algo que ya se hace en otros países como EE UU, Silicon Valley nació así”, señala.
