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Arcelor diseña en Asturias dos sistemas para reducir las emisiones con agua y aire

El lavado de los minerales de alto horno con líquidos residuales se está aplicando en Gijón y los nuevos filtros se probarán en Francia y Polonia

Arcelor diseña en Asturias dos sistemas para reducir las emisiones con agua y aire

El centro de investigación y desarrollo (I+D) que ArcelorMittal tiene en Asturias está trabajando en dos proyectos para reducir las emisiones contaminantes que generan los minerales que alimentan a los hornos altos. El objetivo es el de alargar la vida útil de estas delicadas instalaciones, claves para la industria asturiana, y reducir sus emisiones contaminantes. ¿Cómo lo hace? La siderúrgica está explorando dos vías. Una es la del agua. Están comenzando a usar aguas residuales para lavar el mineral, eliminar el cianuro y los amonios y así evitar que estas sustancias químicas ensucien los filtros de los hornos. La otra es mediante el aire, con un sistema de filtros que limpian también de sustancias no deseadas a instalaciones claves como el sínter, las acerías y también los hornos altos.

El primer sistema, el del agua, ya está siendo utilizado con éxito en las instalaciones asturianas desde hace unos meses. De hecho, está dando muy buenos resultados y ayudando a la compañía a meterle un tajo a sus emisiones de gases y de polvo. En cambio, el segundo sistema está previsto que se exporte. La compañía tiene la intención de instalarlo a lo largo de este año en algunas de las plantas industriales que controla en Francia y Polonia para comprobar su efectividad.

Estos dos proyectos vienen recogidos dentro del informe anual que acaba de divulgar la empresa, y que se titula “Inventando aceros más inteligentes para un mundo mejor” y en el que se dan detalles de algunos de los avances realizados por la siderúrgica para reducir sus emisiones contaminantes a la atmósfera. También se especifica que la multinacional cuenta en la región ya con dos plantas piloto –una denominada “AirLab” y la otra “WaterLab”– en las que se prueban todas estas tecnologías en un entorno muy similar al real, con lo que luego el escalado al proceso siderúrgico resulta bastante sencillo.

Economía circular

El proyecto desarrollado con el agua para limpiar los minerales es también un ejemplo de lo que se conoce como economía circular ya que la multinacional utiliza aguas residuales para llevar a cabo este proceso preindustrial de lavado. Así se le da una nueva vida a un recurso que, de otra forma, hubiera sido desperdiciado. La compañía presume también de que buena parte de este desarrollo se ha realizado durante esta pandemia, lo que es una muestra, apunta, de que la actividad de I+D en la compañía no se ha frenado. En cuanto al sistema de filtros para limpiar las emisiones mediante el aire, la intención de la compañía es el de comercializarlo. Eso será una vez que esté maduro y supere todas las pruebas industriales.

La compañía señala también que entre 2017 y 2022 ha invertido más de 210 millones en mejoras ambientales en la región que han ayudado a reducir las emisiones contaminantes en un 50%. Cita entre los avances realizados los nuevos filtros instalados en el sínter de su planta gijonesa o el proyecto para inyectar gas de coque en los hornos altos y de esta forma reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 125.000 toneladas anuales, el equivalente a las vertidas por 84.000 hogares que usen el gas natural para calentarse.

“Nuestra visión es mantener nuestra posición como empresa siderúrgica líder mundial durante numerosas décadas. Somos conscientes de que nuestra capacidad para lograrlo vendrá determinada no solo por nuestros resultados financieros, sino también por nuestra actuación en el plano social y ambiental, y, en particular, en nuestra habilidad para descarbonizar nuestros procesos productivos”, señaló Lakshmi Mittal, presidente de ArcelorMittal.

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